martes, 6 de enero de 2015

Lo que más me ha gustado de 2014.

Yo que soy muy listo y un bocas que te cagas, pensaba que iba a ser fácil hacer un resumen de lo que más me ha gustado de lo que he visto durante 2014. Y claro, una mierda pa mí. A simple vista me salían unos veinte espectáculos que se merecían mención. Este año he visto 444 espectáculos, óperas aparte y conciertos. Es una cifra engañosa porque este año hemos estado en varios festivales viendo todo lo que podíamos, así que los 444 no son lo normal. Estar finalista entre 444 candidatos es la hostia, creo yo, así que cualquiera de los que aparezcan en esta lista pa mi gusto es la creme de la creme para mí. Finalmente he dejado unos cuantos espectáculos y los he agrupado como me ha salido de los huevos, pa qué nos vamos a engañar.

Espectáculos de otros años pero que yo NO había visto hasta este año.

La abducción de Luis Guzmán.  Una rareza con todas sus letras. Tres intérpretes cada uno de una madre envueltos en una función única y tan raruna como encandiladora.




Verano en diciembre. Fascinante trabajo, tierno, cercano, real, carnal y tan trágico como cualquier familia. Actrices acojonantes. 




Los ojos. Es absurdo querer definir el dolor, un atardecer, un desengaño amoroso, el amor de tu mascota, la tristeza que te produce una canción... Hay cosas que no se pueden definir. Y cuando Pablo Messiez me toca la fibra, me desgarra, me destroza, me hunde y me abandona. Y lo de la Orazi... de otro mundo. 




Mi pasado en B. Creo que son los budistas los que consideran al numero 8 como el número perfecto. Si lo partes verticalmente tienes un 3, si lo partes horizontalmente tienes un 0, si le quitas un trozo de arriba tienes un 6 y si lo tumbas es el símbolo del infinito. No sé a cuento de qué viene esto pero me apetecía ponerlo. O igual es por lo de "infinito". Javier Lara demuestra un amor y un respeto por la historia, por las raíces, por los orígenes,  por los por qués, por los porques y por la tierra infinitos. Y ha conseguido un efecto hipnótico en mí, y es que cuando pienso en él o en este espectáculo, el corazón se me estruja y se me inundan los ojos de lágrimas. Este espectáculo es un derroche de belleza y de amor. Y Javier Lara es un montón de ternura y de respeto. Mi admiración por él es un ocho tumbado. 




MBIG. No creo que se capaz de repetir las burradas que he escrito cada vez que he ido a ver este espectáculo. Lo que he escrito del que creo que es sin duda el mejor espectáculo de 2013, 2014, 2015 y de muchos años es fruto del impacto de cada día. Y lo que cada día he escrito es irrepetible, es producto del boqueo emocional que me producen todos los implicados en esta joya. Mención especial para uno de los mejores actores del mundo, un manojo de inteligencia,, entrega, compromiso, riesgo, generosidad, matices y terror. Fran Boira se zambulle en las emociones regaladas de una forma aterradora. Cruzar una mirada con él en plena función es como agarrar un relámpago con las manos mojadas. No concibo el mundo de la interpretación sin Fran Boira como referente.




Las plantas. Como tampoco concibo el mundo ya no sólo de la interpretación sino el mundo en general sin la mirada limpia y doliente de Estefanía (de los dioses) y de los Santos. Mi Fani me estremece, me vacía, me lleva al pozo y me hace querer jugar a "la papelitos". No he visto tanto desgarro ni tanta ternura juntas. Y sólo quiero romper la cuarta pared y llevármela de ahí y cuidarla. Coño, mira que me gusta a mí llorar, cojona. Y este monumento a la pena... es parte de mí.  





Gentes que me han flipado por partida doble.

Vaca 35 han traído este año dos joyas muy diferentes y profundamente iguales. La esencia de la esencia de la esencia. "Casualmente" en la Kubik y "Este recuerdo ya nadie te lo puede quitar". Chejov y Kundera. Devoción absoluta por esta compañía, por Damián, por Diana, por Mari Carmen, por José Rafael, por Hugo,  por Gabriela... por esa forma de trabajar y por esa forma de entender la investigación teatral. 




Ernesto Collado me ha traspasado con dos monumentos a la inteligencia, a la bondad, al compromiso y al amor por el mundo y por el ser humano. Ernesto y yo nos entendemos, el cabrón es como yo y piensa lo que yo pienso y como yo lo pienso. Entiendo cada palabra suya y conecto con TODO su lenguaje y su mensaje. Soy su siamés, su alma gemela, su sombra, su yo qué sé. Es mi héroe. "Montaldo" y "Constructivo", dos joyas cotidianas y calantes. Te destrozan.  





Grandes estremecimientos. 

En el desierto. O la belleza en todos sus rincones. La iluminación, los actores, los bailarines, la música, el ruido, los colores, el ritmo, Chevi, Maru... todo es un prodigio.  




Los brillantes empeños. Canino más Messiez. La perfección, la belleza, el sufrimiento, la figura del padre... Todo lo que duele está ahí juntito. Redondo, maravilloso, brillante, prodigioso, lleno de luz y de lágrimas. Te rompe. José Juan Rodríguez es de otra galaxia, no hay palabras para agradecerle lo que nos regala. Y Javier Lara. 




Como si pasara un tren. Marina Salas divina, Carlos Guerrero prodigioso y María Morales... que es una apisonadora emocional. La Magnani española. Brutal. 




Los nadadores nocturnos. Poesía del dolor (como casi toda la poesía que me gusta), imaginería embriagadora y un reparto de ensueño encabezado por mi amada Esther Ortega y con un amo del off, Alberto Velasco. 




La noche justo antes de los bosques.  En "La puerta estrecha" un local que ha pasado por muchos derroteros y que ahí resiste. Montajazo arriesgado, valiente y duro de cojones. Trabajo prodigioso de César Barló a los mandos y de José Gonçalo Pais al cuerpo y alma. Desgarrador ejercicio en el que logran que hasta se "huela" en vómito social de Koltés.




Lágrimas, mocos y sangre. Por todo. Texto y puesta en escena como de peli de los cuarenta. Todo rezuma cine clásico. Y encima con tres bestias pardas, Irene Arcos, Alicia Lobo y Jorge Cabrera. Delicatessen.   




Misántropo. Por todo. No se puede hacer mejor ni más bonito. Y ellos.. impecables. To dios quiere ser un chico "Kamikaze". Normal. Lo más redondo del año.





Fausto. Por Pandur, por Roberto, por Ana, por Marina, por Víctor... por el agua, por las líneas, por la aventura, por la fantasía, por la inteligencia, porque me pilló y lo pillé. Por el puto simbolito del final y porque viéndolo, YO quería gritar "instante, detente. Eres tan bello...". 




El caballero de Olmedo. Esto porque además de parecerme preciosísimo y tremendamente inteligente, descubrí varias capas bajo la apariencia sencilla que creíamos ver. Y porque haga lo que haga Lluís Pasqual, estará en mi top SIEMPRE. El maestro de los maestros. Mi referente. 



2 comentarios:

  1. Absolutamente de acuerdo en todo, aunque resulta complicado hacer estas listas siempre parece que falta alguien.
    Personalmente echo de menos la conmovedora "André y Dorine" de Kulunka Teatro.

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  2. Hola, Alberto. Gracias por tu comentario. Y como bien dices, es imposible seleccionar sin dejar fuera. "André y Dorine" era un grandísimo espectáculo, muy emocionante y precioso. Espero que se siga haciendo por ahí para que la gente lo disfrute. Estremecedor, de verdad. Gracias de nuevo.

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