Aparte
de gustos o de preferencias, yo lo que más valoro en un espectáculo es
que sea sincero, que no "vaya" de nada y que sea un trabajo respetuoso
con la profesión, con lo que significa y para lo que sirve. Hay muchas
compañías que llevan este principio a rajatabla y "Vía Muerta" es un
clarísimo ejemplo. Y encima me gusta lo que hacen. Bueno, no. Me gusta
MUCHO. Así que volver a disfrutarlos es un gustazo y un honor.
En
"Sushi, mentiras y cintas del pelo" vuelven a juntarse Mónica García-Ferreras, Jorge
San José y Diego Lescano. Lógico. Después del exitazo de "Quizás amar" y de "Gira el mundo, gira" es normal que
aquella química brutal que había entre los actores tuviera
continuidad. Es mágico y estremecedor lo bien que se complementan las
energías de los tres. Su química es pólvora esperando el momento de
explosionar.
Pero
volvamos a la "sinceridad" del trabajo. Hay veces en las que te
encuentras con pasta, mucha pasta sobre un escenario vacío de chicha, o
con fuegos artificiales tapatodo, o con soñadores de premio novel, o con
volteretas y guiños snobs para todólogos y aspirantes a cultos de nuevo
cuño, o pajas mentales y no mentales destinadas a la autocomplacencia.
Incluso hay veces en las que te encuentras todo eso junto. Eso de por sí
no es malo pero si es para cubrir la falta de ingenio, entonces sí. Y
ahí ya se caga la perra y se caga servidor. Sin embargo hay otras veces
en las que te reencuentras con el teatro como oficio, como
investigación, como labor artesanal, vivida, cardíaca y artesana. El
teatro como oficio y como creador de sentimientos e historias sencillas,
concretas, sinceras, básicas e incluso con un toque naif absolutamente
"enamorante". Eso es lo que vas a encontrarte cuando vayas a ver "Sushi, mentiras y cintas del pelo". Un historia sencilla, de enredos amorosos, un vodevil descacharrante y sin mayores pretensiones. Sin florituras, con una puesta en escena sencilla, dejando espacio a los actores, apoyándose en el poder de la comedia y en
la fuerza de Mónica, de Diego y de Jorge.
Quizá a alguien le suene esto que acaba de leer. Sí, es exactamente lo que escribí para el anterior estreno de La Compañía Vía Muerta, "Gira el mundo, gira". Y no es por vaguería, es que los principios con los que trabajan estos currantes de la escena son, han sido y parece que serán los mismos; respeto por su profesión y autenticidad en el proceso y en el resultado.
En esta ocasión asumen el riesgo de meterse en el espinoso terreno de la comedia. Y salen más que airosos. Quizá el texto peque a ratos de ciertas flaquezas, momentos que se cae un pelo la coherencia y la atención, pero enseguida vuelve a florecer el principal aliciente de esta compañía, su respeto y la sinceridad. En este vodevil , como en casi todas las comedias, hay momentos más brillantes y otros que lo son menos. En hora y pico da tiempo de todo y cuando parece que la fórmula empieza a agotarse, aparece Jorge y el sol brilla de nuevo. Mónica es una burra que puede con todo lo que le eches encima. Tiene recursos y una vis cómica que yo desconocía pero que le brota de natural. Diego está que te meas con él. Desde que aparece. Escucha y recibe con arte y sirve generosamente el foco a quien lo requiere en todo momento. Y Jorge domina le escenario como si hubiera nacido en uno. Si es que todo lo que hace lo hace bien, no se puede decir nada más.
A ver, el montaje es modesto, no hay grandes escenografías y tienen que moverse en un espacio reducido, pero con todo y con eso, no son elementos que uno eche en falta porque están compensados por la honestidad que inunda su trabajo y con su enorme capacidad como intérpretes.
Uno lleva tiempo siendo muy, pero que muy fan de Vía Muerta y a este paso seguiré siéndolo mucho tiempo, porque Jorge, Diego, la gran Mónica y Luis (autor y director) trabajan como me gusta, desde donde me gusta y transmitiendo lo que me gusta. Y ellos me gustan.
"Sushi, mentiras y cintas del pelo" es lo que es, no pretende ser más ni es menos de lo que pretende. Si vas disfrutarás y encima verás a tres seres trabajadores y muy, muy, muy íntegros.
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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