domingo, 24 de abril de 2016

El jurado. Sala Fernando Arrabal.

"Avanti teatro" producen su cuarto espectáculo y de momento parece que están llenando casi todas las funciones. Un exitazo de un iniciativa privada. 
Eduardo Velasco se basa ligeramente en la trama de "Doce hombres sin piedad" y encarga a Luis Felipe Blasco Vilches que escriba un texto trasladando la trama a la España de 2016. En realidad el único paralelismo con la obra de Reginald Rose es que en ambas obras los protagonistas son los miembros de un jurado. En esta ocasión la miga del asunto tiene que ver con un político, una trama de corrupción, un cohecho, regalitos varios, la construcción de un hipódromo... lo que te encuentras habitualmente en cualquier telediario. Para dirigir este espectáculo recurren a Andrés Lima, director de probada solvencia y resultados irregulares.
Vayamos por partes. Lo primero, decir que el espectáculo es dinámico, mantiene bien la tensión, tiene buen ritmo, visualmente tiene peso y está bien iluminada, bien vestida y bien decorada. Formalmente está muy bien y es un producto bien acabado y de calidad. 



Sin embargo también nos encontramos con algunas "sombras". A ver, yo creo que todo en teatro es cuestión de opciones. De las infinitas formas de contar y de las infinitas capas que uno quiere contar, uno elige. Elige la que más le apetece, la que más le interesa, la que cree que va a funcionar mejor o directamente la que le sale de los cojones, porque para eso es tu producto. En esta ocasión se ha optado libremente por contar una trama interesante, intrigante, bien desarrollada pero que recurre quizá demasiado a figuras casi tópicas. Puede que sean prototipos para ilustrar a la mayor parte de la sociedad o para no meterse en fangos mayores, pero para mi gusto la madre humilde y sacrificada, íntegra y sufrida, el empresario facha, el macarra pasota, la guay con dobleces sucios, el prejubilado indolente, el maestro honrado y sensible o el hombre sólido, íntegro y justiciero quizá sean demasiado reconocibles y aunque provoquen la empatía inmediata quizá podrían haber sido algo más complejos. Que todos (o casi todos, o muchos, o algunos) tengamos un trapo sucio que ocultar también es algo tópico (o eso quiero creer). Quizá se podía haber optado por buscar algo más de profundidad, por bucear más en las miserias humanas de todos los tipos. La ocasión era propicia para dar caña tanto a la barbarie que los corruptos llevan años cometiendo en nuestro país como a la falsa moral o a la corrupción a menor escala que mucha gente normal vive en su día a día, a veces utilizada como arma para mirar para otro lado. No sé, si yo hubiera tenido en mis manos elegir la opción, habría buscado algo más complejo. Pero como lo escojo yo, pues mira, los que lo hacen han tomado ese otro camino y es su derecho y su decisión. Filosóficamente se me queda a medio gas y me da rabia, porque muchas veces está en nuestra mano dar caña y desaprovechar las oportunidades me da coraje. 



En el desarrollo, hay bastantes escenas "largas" que ilustran bien cómo son los personajes y sus conflictos. Sin embargo hay en medio varias escenas fugaces, más cortas que hacen que el ritmo decaiga un poco, porque no aportan mucho y en vez de relajar un poco antes de seguir con lo denso, consiguen que la atención se disperse. Otra vez, la opción está en manos de los responsables que han elegido hacerlo así.
También es opcional buscar ciertos tópicos en la construcción de los personajes. Canco Rodriguez e Isabel Ordaz por ejemplo están pasados de revoluciones, para mi gusto. Si están al 8, deberían bajar un pelín y quedarse en el 5 o 6. Están demasiado gritones y exagerados y eso no ayuda a darles credibilidad ni solidez. Empatizan con el público, sí, y mucho y la gente se mea, eso es innegable. También es una opción. A ver, es lógico que busques el favor del público, a fin de cuentas montas un espectáculo esperando que le guste al mayor número de personas. Eso es evidente. Pero quizá en el término medio está la virtud. Ellos dos me parece que están pasados. Eduardo Velasco sin embargo, Luz Valdenebro, Victor Clavijo y Pepón Nieto me parece que están fantásticos. Centrados, justos, equilibrados, con potencia, peso, verdad y solidez. 



En definitiva, creo que es un buen montaje, que está funcionando bien y que seguirá haciéndolo. Personalmente creo que a la hora de elegir dónde posicionarse, podrían haber optado por buscar más profundidad y calado y haber dado un buen mazazo a los entresijos y las gallinejas de esta sociedad en la que "mientras yo salga ganando todo vale". Pero... como ya he dicho, el teatro es cuestión de opciones. Como la vida.        

1 comentario:

  1. Gracias una vez más!! Sinceramente el elenco, exceptuando a mi amado Victor y alguno más, me da un poco de pereza...!!

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