domingo, 19 de octubre de 2014

Lluvia constante. Canal.



Llenazo en Canal para ver a estos dos actorazos descomunales. Te hueles que va a ser un bombazo de esos de todo el mundo de pié, aplaudiendo y gritando "bravo" como descosidos. La verdad es que tiene todos los ingredientes para que sea así; un texto que viene avalado por mogollón de críticas fantásticas en USA, un director con un cierto nombre sobre todo en cine, la escenografía de Elisa Sanz (con 5 MAX a sus espaldas), la luz de Juan Gómez Cornejo (premios nacional de teatro, y Max encima) y dos actores de esos brutales, que se dejan la piel y la carne en el escenario. Bueno pues empieza y te rompen la cuarta pared cuando los actores se acercan a ti y usando un lenguaje totalmente natural y cercano te dicen que te van a contar una historia. Un historia dura, sórdida y salvaje. Te agarras a la butaca por lo que se te viene encima.
Y entonces empiezas a ver en medio de una escenografía realmente fabulosa, de una luces fantásticas y de una ambientación sonora bestial un capítulo de "Canción triste de Hill Street". Y relajas las manos y te sueltas de la butaca porque no es para tanto. Y vas circulando por paisajes conocidos, anticuados, muy, muy, muy comunes y la supuesta brutalidad de todo se reduce muuuucho muuuucho y se queda prácticamente en el trabajazo brutal y entregadísimo de las dos bestias pardas que hay en el escenario. Todo suena a ya visto y oído, los dramas y las situaciones salvajes no lo son por conocidas, típicas y tópicas. Todo lo que pasa lo has visto mil vece en series, pelis y telefilmes. Pero hace muchos años además. Cuando se presenta a los personajes que van apareciendo, sabes desde el principio qué les va a pasar. Y les pasa. Y va llegando el final de la función y cuando termina, los aplausos son sólidos pero sin pasión. No hay "bravos" ni está todo el mundo de pie. Realmente no hay nadie de pie. Un par de tandas de aplausos para reconocer el inmenso trabajo de todos los implicados y pa la calle. Y según sales, oyes que varios grupos de espectadores van diciendo lo mismo: "pues mucho drama, mucho drama, pero me ha dejado frío". Y eso me pasó a mí. La historia ya me la sé y con eso de acercarse a ti para mezclar en algunos momentos narración y acción, lo que consiguen precisamente es que me quede frío, que me aleje de la acción por insistir tanto en que todo es una historia que pasó. No digo que el fallo sea por el planteamiento del director, seguramente sea más por el texto y porque así estará escrito, pero esa mezcla de narración y acción a mí me desarmó. Eso sí, descomunales los dos actores, Roberto Álamo y Sergio Peris-Mencheta, con un trabajo de altura e intensidad brutales.




En resumen, gran trabajo de todos, iluminador, escenógrafa, actores descomunales, pero... yo salí totalmente frío. Y entiendo que tenga nominaciones a muchos premios este año. Es más, me parecería justo porque hay mucho trabajo y muy bueno. Pero... al menos conmigo no se produjo la magia del teatro.      

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