Aparte de en el dormitorio (y no en todos los casos), donde más tiempo pasa uno en su propia casa y en las ajenas es en la cocina. Allí, al calor de la lumbre, o de la vitro, se cuecen las intrigas, los secretos y las mentiras de cualquier familia.
Ahí, en la cocina de un matrimonio de éxito se amasará un drama que se llevará a esta pareja por delante. Lo que empieza con una simple broma de mal gusto acabará desbocando marrones y asolará esta cocina, cubriendo sus azulejos níveos y puros con una hollín del que no sale ni con rasqueta. Y es que cuando el mal se instala en una casa no hay quien lo eche. Ni siquiera quien lo despiste.
El texto de María Fernández Ache es ingenioso y está lleno de veneno suficiente como para cargarse a esa familia aséptica y "feliz" así, de un plumazo, usando sólo su propio veneno y su propia mierda, escondida esta vez dentro del frigorífico. Texto ingenioso, bien calibrado, perfectamente desarrollado y con una medida y precisión inteligente y siempre al servicio del drama. Brillante. Como brillante es la puesta en escena de Will Keen. Utiliza el espacio de forma ingeniosa y muy original e incluso divertida. Mueve a los actores con fluidez, naturalidad y lógica (algo que aunque suene así como a perogrullo, no lo es en absoluto, y si no, párate a pensarlo un segundo). Bien dosificados el ritmo, el humor y la acción y muy bien mezclados drama, tensión, seriedad, dureza, emoción y caricatura. Quizá tarde un poco en arrancar. La primera escena (casi toda en off) puede que sea demasiado larga y luego, durante la función hay otro momento en el que la acción vuelve a dilatarse y a dar vueltas sobre lo mismo. Quizá un pelín de poda y haber dejado la función en una horita y media le vendría bien.
Los actores están muy bien. Quizá los actores que están en off estén un poco pasados. Quiero decir, evidentemente están grabados y me da que en esa grabación se cayó un poco en la tentación de dejarse llevar y se nota como que poco a poco se vienen arriba y acaban un poquito sobreactuados (y sé de lo que hablo, está claro. Medir la intensidad de una voz grabada no es tan sencillo como pueda parecer a simple vista)
Sonia Almarcha está brillante. Pasa de la sofisticación aparente al derrumbe emocional y del brillo al fango pasando por todo entre medias. Maravillosa, aunque con una cierta tendencia a repetir el mismo toniquete. Pero es algo leve. Manolo Solo hace lo que le pongas por delante. Vamos, quiero decir que le da vida a cualquier personaje en tus narices. Y aquí hace una nueva creación totalmente magnética. No puedes dejar de mirarle y de verle respirar, moverse, temblar, sufrir, mentir, cagarse y buscar salida sin encontrarla. Si alguien tiene dudad de que Manolo sea uno de nuestros mejores actores, que vaya a ver "Cocina" y luego hablamos. Prodigioso.
En resumen, un espectáculo brillante, sólido, compacto y muy, muy atractivo. Imprescindible.
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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