martes, 5 de marzo de 2013

Breve ejercicio para sobevivir. La casa de la portera

Yo es que soy superfan de La casa de la portera. Me vuelve loco el sitio.
Ver a dos actores a 30 centímetros de tí, desgarrándose, sufriendo de verdad, (o haciendo que sufren de verdad) es difícil de llevar. Es difícil para el espectador y peor aún para el actor. No hay márgen para la mentira. Y tanto Bárbara Lennie como Santi Marín desnudan sus almas a poca distancia. En plano corto y desgarrado. Sin duda, dos trabajazos de premio.

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