sábado, 16 de marzo de 2013

Cosí fan tutte. Teatro Real

Juntar a Mozart con Haneke prometía. Y vaya tela los colegas.
La orquesta sonó de maravilla. Respetuosa, sobria, y exhaustiva con la música de Mozart. Eso es exactamente lo mejor que se puede hacer con Mozart. Respetarlo. Bastante artista era él como para intentar serlo más.
Puesta en escena curiosa, con figurines, luces y escenografía actuales. Funcionaba perfectamente.
Y Haneke se lo montó muy bien. El enredo está muy bien llevado. Con concesiones que como público, aceptas y no te planteas (como no disfrazar a los amantes). En los recitativos, tratamiento teatral. Así como los momentos musicales son musicales, los recitativos son puramente teatrales. Pausas, miradas, acción-reacción... en definitiva, cuando había música, la música mandaba, pero cuando hablaban, era puro teatro. Y mola, porque eso es la Ópera. Teatro cantado. Todo el tratamiento dramático de la obra está llevado de la farsa al drama con una soltura espeluznante. A ratos, parecía que estabas metido en una de sus pelis, con sus resquemores, sus traiciones, sus odios, sus desconfianzas y sus luchas de poder. Y todo para llevarte a un final en el que los cuatro amantes parecen monigotes llevados por los traumas de los malvados pero de donde no pueden ni saben escapar. Y a pesar de que en la obra las mujeres, por supuesto, son las malas y las únicas que traicionan (como si no se enrollaran con los tíos), al final, buenos y malos acaban enganchados unos a otros, sin poder despegarse y sin saber hacia dónde deberían ir. Todos quedan perdonados porque todos son víctimas.



Anett Fritsch hace una Fiordiligi pa comértela. Monísima, entregada, amorosa, dura, y con una voz, que a pesar de parecer la menos mozartiana de todas, se come a todos con patatas. Ese "Come scoglio" fué aterradoramente sublime. Paola Gardina tiene el papel más desagradecido, pero su Dorabella fué cachonda, divertida, sensual y juguetona. Andreas Wolf tiene una voz de morirte de chula. Ya le conocíamos de "Moses und Aron" y si ya nos gustó, anoche más. Juan Francisco Gatell me encantó. La más mozartiana de todas las voces. Bella, limpia y cargada de expresividad.
William Shimell bien y Kerstin Avemo regu. La pobre tiene una voz muy apropiada, pero entre que el personaje es el más desdibujado, que ella, pobre, cantaba como a golpes de diafragma y que iba hecha un cristo... como que no.
Pa mi gusto, una gozada ver un Mozart tan bien llevado y tan bien cantado. Y encima fuimos con una amiga que se estrenaba en el mundo de la Ópera y disfrutó como una loca. La guinda que colmó una noche de fábula.

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