He repetido hasta la saciedad que Fernanda Orazi es la reina de la naturalidad y del hacer suyos los personajes que interpreta. Aquí encima se permite el lujo de interpretar DOS personajes que interactúan entre sí. Vale que uno está grabado, peor aún así hay que interpretarlo igualmente. Y en escena sacar adelante el personaje "en vivo" conectado con el otro y encima crear "magia". Pero para eso tenemos a Fernanda. Lo hace todo con esa naturalidad suya, ese trabajo orgánico que la hace única. Brutal, dramática, divertida y absolutamente magistral. Y con una historia dura, trágica y tremendamente profunda. Por algo el texto es de la grandiosa Denise Despeyroux. Sin ninguna duda, uno de mis espectáculos preferidos del año pasado. Y como la gente es lista, se sigue programando, así que el que no lo haya visto aún, que corra a cualquier sitio donde lo vea anunciado, porque es oro puro.
Bueno, a lo que voy. Ayer pudimos ver "Pieles" de Paula Quintana. Espectáculo de danza. Paula se adueña del escenario y durante casi una hora es capaz de tenerte pendiente de ella casi sin pestañear.
La mezcla de danza contemporánea con toques flamencos está muy bien conjugada. Nada rechina y ella domina de forma salvaje ambos palos. Ya lo de la filosofía del título y eso... no sé. Lees lo que intenta contar y yo, que seguramente soy mu burro, me cuesta verlo. Pero su trabajo es espectacular, sobre todo esas manos... Muy recomendable.
Pues con "Odisea" pasa lo contrario. Vamos por partes, criticar a una compañía autodidacta y que lleva muchísimos años llevando cultura por Costa Rica y por todo el mundo es jodido. No soy yo quién para criticar su labor, ni mucho menos. Y no lo hago. Me parece loable y muy de agradecer y de reivindicar. Les aplaudo por ello y son un verdadero ejemplo de la labor que tiene que tener una compañía de teatro. Llevar la cultura por todos los rincones de un país. Sobre todo de un país mágico como Costa Rica, con una gente absolutamente maravillosa y generosa, pero con unos medios más escasos que los que tenemos aquí. Su labor didáctica es para quitarse el sombrero.
Pero este espectáculo me pareció feote de ver. No me gustaban los muñecos, no me gustaba nada la grabación de las voces, llena de ruidos y como mal grabada, ni me gustaba la música omnipresente. Comprendo que es más bien un espectáculo para niños, quizá por eso no me gustó. Únicamente un par de momentos más mágicos. En fin, que alabo y admiro el trabajo de esta compañía, pero este espectáculo a mí, no me llegó.
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