Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
martes, 10 de septiembre de 2013
Bouazizi. Insectotrópics.
Si la "Caperucita galáctica" era como un tripi, "Buazizi" es como el crack. (Y no he probado ninguna de las dos cosas, que quede claro).
La Caperucita era para verlo tiradazo en el suelo, revolcado y volando entre esas imágenes y ese cuento cruel y envolvente. Pero "Bouazizi" es un golpe al estómago, un espectáculo brutal y explosivo que hay que verlo en movimiento. Escenario con visión 360º. Es así para que no pares, gires y lo veas desde todos los ángulos posibles. Como la realidad, o como una noticia. Si la ves desde un sólo ángulo no la ves en realidad. Pues lo mismo. En cada momento, en cada ángulo hay cosas distintas y todas forman parte de los mismo visto desde otros ojos. Es necesario verlo por todas partes.
Un hecho trágico, dramático, bestial. La maquinaria entra en funcionamiento y comienza a ofrecer visones parciales, manipuladas e interesadas. El hecho trágico se convierte en estandarte de posiciones muy distintas. Casi enfrentadas y convierten a una víctima en el supuesto mensaje manipulado por todos lados. Se manipulan las imágenes, se convierten en iconos cosas que no lo son, se manipula la opinión pública y hasta los sentimientos. Y el pobre Bouazizi acaba convertido en un pantócrator, o en un ídolo africano, o en Alá, o en lo que sea menester.
Los artistas de la compañía, todos ellos, cada uno en su especialidad, son salvajemente brutales. Íntergos e integrales. Y el derroche de imágenes y de sentimientos que provocan no dejan indiferente a nadie. Es más, te remueven los entresijos y las mollejas y te dejan luego tirado en medio de un caos mental del que sólo tú eres responsable. Culpa tuya.
Y culpa tuya si te has quedado sentado esperando a que te den y te has perdido la proyección de las imágenes en los muros de la iglesia.
Cru. Fet a má. Fira Tárrega.
Es difícil explicar la poesía. Pau Portabella y Marta Torrents son dos seres abandonados, solitarios, complementarios y necesarios el uno para el otro. Forman una metáfora de la pareja, o de los seres humanos, o de los individuos que necesitan de otros. El color y la luz llenan y acompañan a tu alma cuando se sumerge en este derroche de sensibilidad y de soledad compartida y complementada. Si Pau es un mastodonte, una montaña de sensibilidad y de indefensión, Marta es un prodigio de la expresión. Pocas veces se ha visto a una actriz tan expresiva sin pronunciar ni una palabra. Desde antes de que comience la función, con ellos en escena, ya vas viendo sus miradas dependientes, entregadas y sumisas. Y con un ritmo prodigioso y alucinógeno, comienzan sus "encuentros" y "desencuentros". Cuando están solos de desintegran, literalmente se rompen en mil pedazos, se descoyuntan. Luego se buscan, se eluden y se encuentran. Al juntarse se investigan, buscan formas de complementarse que pasan de la rigidez casi fantasmal del principio a una complementariedad necesaria de la parte final. Hay amor, sí. Hay desamor, también. Pero sobre todo lo que hay es una necesidad recíproca de sentirse el uno con el otro. A veces son hermanos, a veces son amantes, a veces son sostén, pero siempre son necesarios. Físicamente Pau es imponente y demuestra un dominio corporal y expresivo mezcla del ogro de los cuentos y un oso delicado e indefenso. Marta es la fortaleza, el cuerpo vivo y con un capacidad infinita. Dominatrix, herida, delicada, manejable, necesitada. Los dos se complementan perfectamente y se unen incluso en esa carcajada cruel que te descoloca tanto como te trae a la realidad. El pelo, el cuerpo, la carne, los abrazos, la ayuda, la necesidad del otro son los otros protagonistas de este espectáculo poético a rabiar y donde el ritmo, pausadísimo en muchas ocasiones, como una pieza de Mahler, sirve perfectamente a crear una metáfora de la comunicación y de la sensibilidad que te hace empezar a llorar de lo bello que es lo que ves y no paras hasta un buen rato después de haber acabado. No sé por qué, yo hasta vi a Genet por ahí. Igual es cosa mía. Lo que no es cosa mía es que tras una horita escasa de espectáculo, el público estalló en aplausos, bravos y gritos desaforados. Señal de que a todos nos había removido lo más profundo un espectáculo sin palabras. Pero cuando se expresa de una forma tan bella el dolor y el encuentro, no hacen falta palabras. Me declaro admirador eterno de esta compañía y de estos dos monstruos de lo bello y de la comunicación.
Fira Tárrega 2013. Resumen de casi todo lo que he visto.
Llegar a Tárrega y empezar a correr de un lado para otro...
Bueno, como no quiero ser pesado escribiré de todos los espectáculos que hemos visto en un solo comentario. Únicamente voy a separar dos espectáculos porque para mí han sido lo mejor y quiero dedicarles más tiempo. Allá voy.
(remor) Res de res.
Un espectáculo de danza en un espacio cerrado, que simula una celda de la prisión de Palma de Mallorca. Dura 11 minutos. 11 minutos maravillosos, preciosísimos. La coreografía es como a cámara inversa, va de final a principio. Eso le da un tono mágico que convierte la coreo en un número irreal, poético y tremendamente bello. Aunque si me apuras... ya que es una celda... si hubieran sido dos hombres... Pero eso es por sacarle punta. Veo difícil que este espectáculo llegue a Madrid. Son 11 minutos, así que dime tú dónde se puede programar esto. Y no es un "microteatro", es más. Pero si lo veis por ahí anunciado, id a verlo, por dios. Tiene premio del Fringe de Edimburgo y todo. ¿Qué más se puede pedir?
El otro. Teatro niño proletario.
Espectáculo durísimo visualmente hablando. La compañía recrea las imágenes de un libro de fotografías de un psiquiátrico y nos cuenta unas historias de "amor"entre los internos. Historias duras, imágenes brutales, personajes al límite. Aunque una tendencia al ritmo pausado hacen que al menos yo, desenchufe a ratos. Demasiada vocación de trascendencia y grandísimo trabajo actoral.
Baños Roma. Teatro línea de sombra.
La compañía mejicana de enorme proyección internacional presenta la supuesta investigación sobre la vida de un famosísimo ex-boxeador. Pero esa investigación sirve de excusa para hablar de la violencia en Ciudad Juárez y un poco en la violencia en México en general. En otros espectáculos mejicanos ya he notado un exceso de verborrea. Curiosamente daban datos y más datos hablando y hablando. Como aquí. Así que al final, la intención de la compañía no cuajó en mí. Demasiados atisbos y poca concreción. Demasiadas cosas dichas y pocas hechas. Eso me distanció demasiado. Una lástima.
Otradnoie.1. Proyecto Otradnoie.
Buena idea para este circo-danza. Un mundo donde todo ha perdido su esencia y donde dos personas intentan encontrar una esperanza. Buenísimos artistas que hacen de todo y todo bien. Quizá con unas luces un poco más sugerentes, unas transiciones no tan tediosas, y un pelín menos de esteticismo habría cuajado mejor este espectáculo, que pese a ser muy chulo, te deja un poco frío.
Ârtica. Ponten pie.
Una casita de madera en un hangar. Te pones un abrigo de piel y entras en la casita. El ambiente es gélido y se respira una mezcla de cuento de los hermanos Grimm y de peli de Tim Burton. O quizá estés en una peli de Kaurismäki. Comienza un cuentecito en el que se mezclan imágenes delicadas con otras tristes y con otras melancólicas. La historia no es muy complicada, ni falta que hace. Es un cuentecito. Pero un cuentecito mono, donde las ancianas adorables ponen carita de pena y las niñas adorables son azucaradamente adorables. Idea preciosa, ambiente original y cautivador, pero para mi gusto, una historia demasiado almibarada.
Carvalho contra Vázquez Montalbán. MVM, 10 anys d'absència.
Es todo un puntazo entrar a ver este espectáculo por un callejón lleno de personajes. Putas gritando, putas insinuándose, detectives, y todo tipo de fauna propia de Vázquez Montalbán. Y todos representados por gente de Tárrega. Un puntazo. Y entras en una biblioteca. Estás rodeado por más personajes de las novelas. En otro entorno, el espectáculo no sería lo mismo. Brillante dirección y brillante planteamiento. El actor que encarna a Clarvalho está genial. Lleno de matices y de sabiduría de actor de toda la vida.
Pero... el personaje se me queda pequeño. No soy un lector de novelas de Carvalho, así que lo que se cuenta me pilla muy lejos. Y tampoco es que se extrapole el diálogo personaje-autor más allá. Son Carvalho hablando con Vázquez Montalbán. Quizá si fuera un poco más personaje hablando con autor, podría funcionar por toda España. A mí me pareció lejano. Pero será cosa mía. El espectáculo en sí no tiene tachas.
Transforma-T. Nats Nus.
Espectáculo inaugural. En una plaza. Visión, 360º. Espectáculo de danza, acrobacia y sobre todo, expresión. Un mundo impersonal o borreguil. Buscar tu sitio y salir del rebaño es la única forma de sobrevivir. Si encima cuentas con una música brutal, una luces expresivas y unos actores-acróbatas brillantes, el resultado es un espectáculo redondo que vence todos los inconvenientes del sitio. Quizá había momentos demasiado alargados, pero el resultado es que querías seguir viendo a esa gente horas y horas.
Todavía...siempre. Teatro de ciertos habitantes.
Igual no sé leer. O igual hago como todo el mundo y leo una cosa y entiendo lo que me da la gana. Pensé que iba a ver otra cosa. Vale, aceptado. Al final, lo que ves es la historia recreada de una gran dama del teatro. Poco a poco, va contándote anécdotas de su supuesta vida de actriz y mujer desde la vejez, con la presencia de la muerte rondando en cada episodio. Una visión madura y serena de la vejez y de la muerte desde un punto en el que supongo que todo se ve distinto. Pero esas anécdotas son algo deslabazadas. Y no tienen quizá demasiada enjundia. Son trazos de una vida no demasiado especial aunque curiosa. Y todo envuelto en azúcar, azúcar y más azúcar. No desvelaré la sorpresa inicial, sólo diré que desde el minuto cero, simpatizas con la actriz. Tara Parra está para comérsela. Es adorable, monísima y la querrías como abuela. Es absolutamente encantadora y una actriz de esas como de toda la vida y que encandilan a cualquiera. Y tiene al público ensimismado con sus cachondadas en todo momento. Desde que aparece, sabes que la función va a acabar con "bravos" y todo el mundo en pie. Pero creo que se abusa demasiado del almíbar. El lado doloroso de la muerte no está. O está pero muy poco, tan poco que se hace irreal. Eso sí, al acabar, efectivamente todo el mundo en pie y llorando como descosidos. Bueno, todos no. Yo no.
Nomarramón. Zirkus Frak/Jorge Albuerne.
¿Se puede hacer un espectáculo de circo con mástil chino con alguien al que nunca le sale nada en el mástil chino? Pues por qué no. O mejor dicho, pues sí. Porque para que lo haga alguien que lo hace bien ya hay muchos y maravillosos. Blade Runner, el replicante a punto de entregarse a la muerte. La terrorífica historia de los dos pueblos. El exilio se llena de olvido y la patria, de mierda. Yo me lo guiso y yo me lo como. Monto todo yo por ahorrar y porque sí. ¿No hablo de mi abuelo? Pues quién mejor que yo. Beckett por ahí rulando. La vida es un tango, titi. Te lo digo yo. Poesía del fracasado. O del que no deja huella. O del que no marca historia. Pues eso, como casi todos nosotros. Pero él lo hace con dos cojones. Para eso es su abuelo. Fascinante poesía pura y bravos que confirman que a pesar de ser el atiespectáculo, la peña no es tonta, titi. Te lo digo yo.
Acrometria. Psirc.
Espectáculo de circo que mezcla una concepción estética brillante con una labor de los acróbatas de flipar. Altamente recomendable. Ellos tres son brutales y lo que hacen es precioso y dificilísimo, rizando el rizo en cada número. Geometría de la comunicación entre tres seres algo perdidos o buscando un sitio y una relación, sea cual sea. Hay que verlo. Aunque haya momentos algo tediosos, pero los pobres tiene que respirar, claro.
Whose are those eyes? Macarena Recuerda Shepherd.
Pues bueno, la propuesta es como un juego de rol. Te dividen por grupos, te otorgan un personaje dentro de una película de cine negro y sales a las calles. El resto, prácticamente lo haces tú. Aparte de algunos actores que te encuentras por las calles y que te van dando claves a seguir, el resto lo haces tú. Nosotros tuvimos un percance que nos apartó un poco del juego, pero a pesar de eso, no le vi yo mucho la gracia. Fin de fiesta regulero.
Bueno, como no quiero ser pesado escribiré de todos los espectáculos que hemos visto en un solo comentario. Únicamente voy a separar dos espectáculos porque para mí han sido lo mejor y quiero dedicarles más tiempo. Allá voy.
(remor) Res de res.
Un espectáculo de danza en un espacio cerrado, que simula una celda de la prisión de Palma de Mallorca. Dura 11 minutos. 11 minutos maravillosos, preciosísimos. La coreografía es como a cámara inversa, va de final a principio. Eso le da un tono mágico que convierte la coreo en un número irreal, poético y tremendamente bello. Aunque si me apuras... ya que es una celda... si hubieran sido dos hombres... Pero eso es por sacarle punta. Veo difícil que este espectáculo llegue a Madrid. Son 11 minutos, así que dime tú dónde se puede programar esto. Y no es un "microteatro", es más. Pero si lo veis por ahí anunciado, id a verlo, por dios. Tiene premio del Fringe de Edimburgo y todo. ¿Qué más se puede pedir?
El otro. Teatro niño proletario.
Baños Roma. Teatro línea de sombra.
La compañía mejicana de enorme proyección internacional presenta la supuesta investigación sobre la vida de un famosísimo ex-boxeador. Pero esa investigación sirve de excusa para hablar de la violencia en Ciudad Juárez y un poco en la violencia en México en general. En otros espectáculos mejicanos ya he notado un exceso de verborrea. Curiosamente daban datos y más datos hablando y hablando. Como aquí. Así que al final, la intención de la compañía no cuajó en mí. Demasiados atisbos y poca concreción. Demasiadas cosas dichas y pocas hechas. Eso me distanció demasiado. Una lástima.
Otradnoie.1. Proyecto Otradnoie.
Buena idea para este circo-danza. Un mundo donde todo ha perdido su esencia y donde dos personas intentan encontrar una esperanza. Buenísimos artistas que hacen de todo y todo bien. Quizá con unas luces un poco más sugerentes, unas transiciones no tan tediosas, y un pelín menos de esteticismo habría cuajado mejor este espectáculo, que pese a ser muy chulo, te deja un poco frío.
Ârtica. Ponten pie.
Una casita de madera en un hangar. Te pones un abrigo de piel y entras en la casita. El ambiente es gélido y se respira una mezcla de cuento de los hermanos Grimm y de peli de Tim Burton. O quizá estés en una peli de Kaurismäki. Comienza un cuentecito en el que se mezclan imágenes delicadas con otras tristes y con otras melancólicas. La historia no es muy complicada, ni falta que hace. Es un cuentecito. Pero un cuentecito mono, donde las ancianas adorables ponen carita de pena y las niñas adorables son azucaradamente adorables. Idea preciosa, ambiente original y cautivador, pero para mi gusto, una historia demasiado almibarada.
Carvalho contra Vázquez Montalbán. MVM, 10 anys d'absència.
Pero... el personaje se me queda pequeño. No soy un lector de novelas de Carvalho, así que lo que se cuenta me pilla muy lejos. Y tampoco es que se extrapole el diálogo personaje-autor más allá. Son Carvalho hablando con Vázquez Montalbán. Quizá si fuera un poco más personaje hablando con autor, podría funcionar por toda España. A mí me pareció lejano. Pero será cosa mía. El espectáculo en sí no tiene tachas.
Transforma-T. Nats Nus.
Espectáculo inaugural. En una plaza. Visión, 360º. Espectáculo de danza, acrobacia y sobre todo, expresión. Un mundo impersonal o borreguil. Buscar tu sitio y salir del rebaño es la única forma de sobrevivir. Si encima cuentas con una música brutal, una luces expresivas y unos actores-acróbatas brillantes, el resultado es un espectáculo redondo que vence todos los inconvenientes del sitio. Quizá había momentos demasiado alargados, pero el resultado es que querías seguir viendo a esa gente horas y horas.
Todavía...siempre. Teatro de ciertos habitantes.
Igual no sé leer. O igual hago como todo el mundo y leo una cosa y entiendo lo que me da la gana. Pensé que iba a ver otra cosa. Vale, aceptado. Al final, lo que ves es la historia recreada de una gran dama del teatro. Poco a poco, va contándote anécdotas de su supuesta vida de actriz y mujer desde la vejez, con la presencia de la muerte rondando en cada episodio. Una visión madura y serena de la vejez y de la muerte desde un punto en el que supongo que todo se ve distinto. Pero esas anécdotas son algo deslabazadas. Y no tienen quizá demasiada enjundia. Son trazos de una vida no demasiado especial aunque curiosa. Y todo envuelto en azúcar, azúcar y más azúcar. No desvelaré la sorpresa inicial, sólo diré que desde el minuto cero, simpatizas con la actriz. Tara Parra está para comérsela. Es adorable, monísima y la querrías como abuela. Es absolutamente encantadora y una actriz de esas como de toda la vida y que encandilan a cualquiera. Y tiene al público ensimismado con sus cachondadas en todo momento. Desde que aparece, sabes que la función va a acabar con "bravos" y todo el mundo en pie. Pero creo que se abusa demasiado del almíbar. El lado doloroso de la muerte no está. O está pero muy poco, tan poco que se hace irreal. Eso sí, al acabar, efectivamente todo el mundo en pie y llorando como descosidos. Bueno, todos no. Yo no.
Nomarramón. Zirkus Frak/Jorge Albuerne.
¿Se puede hacer un espectáculo de circo con mástil chino con alguien al que nunca le sale nada en el mástil chino? Pues por qué no. O mejor dicho, pues sí. Porque para que lo haga alguien que lo hace bien ya hay muchos y maravillosos. Blade Runner, el replicante a punto de entregarse a la muerte. La terrorífica historia de los dos pueblos. El exilio se llena de olvido y la patria, de mierda. Yo me lo guiso y yo me lo como. Monto todo yo por ahorrar y porque sí. ¿No hablo de mi abuelo? Pues quién mejor que yo. Beckett por ahí rulando. La vida es un tango, titi. Te lo digo yo. Poesía del fracasado. O del que no deja huella. O del que no marca historia. Pues eso, como casi todos nosotros. Pero él lo hace con dos cojones. Para eso es su abuelo. Fascinante poesía pura y bravos que confirman que a pesar de ser el atiespectáculo, la peña no es tonta, titi. Te lo digo yo.
Acrometria. Psirc.
Espectáculo de circo que mezcla una concepción estética brillante con una labor de los acróbatas de flipar. Altamente recomendable. Ellos tres son brutales y lo que hacen es precioso y dificilísimo, rizando el rizo en cada número. Geometría de la comunicación entre tres seres algo perdidos o buscando un sitio y una relación, sea cual sea. Hay que verlo. Aunque haya momentos algo tediosos, pero los pobres tiene que respirar, claro.
Whose are those eyes? Macarena Recuerda Shepherd.
Pues bueno, la propuesta es como un juego de rol. Te dividen por grupos, te otorgan un personaje dentro de una película de cine negro y sales a las calles. El resto, prácticamente lo haces tú. Aparte de algunos actores que te encuentras por las calles y que te van dando claves a seguir, el resto lo haces tú. Nosotros tuvimos un percance que nos apartó un poco del juego, pero a pesar de eso, no le vi yo mucho la gracia. Fin de fiesta regulero.
viernes, 6 de septiembre de 2013
Nuestro hermano. Fernán Gómez.
Claro, si vas a ver una función que viene de "La casa de la portera", en la que trabaja Raquel Pérez, actriz adorada por una buena parte del público entendido de Madrid, muy mal se tiene que dar para que lo que veas sea un truño. Pero ya no es que no sea un truñaco, sino que es uno de los mejores espectáculos que he visto en mucho tiempo. A ver, tiene sus "peros", pero los dejo pal final, pa no joder el ambientillo.
El texto de Alejandro Melero es inteligente, vital, doloroso, hiriente, pero sobre todo NATURAL. Pero de una naturalidad real. Estás oyendo todo el rato frases y expresiones de las de toda la vida, de las que has oído en el pueblo a tus tías y de las que le oías a tu abuela y si me apuras... a tu madre. Y esa naturalidad sincera está metida en medio de un drama cañí pero universal. Dejémoslo en que trata del reparto de una herencia. Pero entre medias se descubren unos personajes amargados, acabados, vacíos, dolorosos, egoístas y mentirosos. Menos el hermano. El chico disminuido (no sé qué palabra usar que sea la más apropiada y que no hiera). Él vive ese drama en su mundo. Un ser sincero, alegre, positivo y vital. Aunque hable como la tía revenía del pueblo que todos tenemos. Y no es un principito de una peli del señor ese criogenizado. Es de verdad. Y está mucho más vivo y feliz que sus dos hermanas. La ironía como punto de partida.
La dirección de José Manuel Carrasco es briosa, serena y congruente. Sólida y personal.
Cecilia Freire hace el papel más ingrato. Es la hermana doliente, sufridora y ceniza a la que todo le ha salido mal, pero que no duda en traicionar y sacrificar a su hermana con tal de pillar la pasta. Aunque le haga falta. Pero es mala. Pero es buena. Pero es mala. Como su personaje tiene menos "asideras" que los otros dos, parece que está peor, pero de eso nada. Está soberbia y a la altura de sus compis. Doliente pero no autocomplaciente. Con un mundo interior que se le escapa en cada mirada.
Raquel Pérez... en fin, es un ser de otro planeta. Un actor/actriz debe ser una persona preparada para todo. Sentir, entender, asimilar, digerir, canalizar, expresar, comunicar, medir, hablar y moverse. Y todo esto lo hace Raquel como si fuera lo más natural del mundo. He visto a poca gente que hable con tantísima naturalidad y con tanto por dentro. Sus toboganes emocionales son brutales y tan extremos como los saltos de octava de la soprano de Nabucco. Y Raquel es la Callas de la escena. Tiene una técnica vocal (lo siento, deformación profesional, no lo puedo evitar) como poca gente y una capacidad para llenar una mirada con todo un mundo interior (esa entrada a la mañana siguiente, mirando fijamente a su hermana es antológica). No sé, cualquier adjetivo que tenga que ver con sabiduría, calidad, emoción, y grandeza, se la aplicáis a Raquel. Hasta llegar a ese final... No se puede llegar a eso sin un proceso en medio, y Raquel lo lleva dentro y lo saca afuera. Eso es de genios.
Y luego confieso que es que soy gilipollas. No conocía a Javier Ruiz de Somavía. Y leyendo el programa de mano... leí mal y entendí (spoiler) que él era disminuido psíquico. Claro, según iba viendo la función iba flipando. Me parecía un trabajazo espeluznante. De un mérito y de una calidad que estaba flipando. ¡¡Pero qué coño!! Una vez acabada la función y cuando me había secado las lágrimas, lo busqué. ¡¡¡Era un actor interpretando el papel de un disminuido!!! Sí, soy gilipollas. Pero no lo sabía. Y entonces mi admiración y mi idolatría eterna se dispararon. Creo que JAMÁS he visto algo igual. Un trabajazo respetuoso y de una profundidad que te meas. Eso sólo se hace trabajando, trabajando y trabajando. Y trabajando desde el respeto y la investigación. ¡¡Estuve totalmente convencido de que era un disminuido todo el tiempo!! Bueno, hasta los aplausos, ahí me mosqueé.
De verdad, me emociono escribiendo. Cuando ves interpretaciones como estas, te das cuenta aún más, de lo que debería ser el trabajo de actor. Mi admiración e idolatría eternas para estos dos cíclopes de la escena.
Ahora lo chungo. Son dos bobadas, pero para rizar el rizo.
Quizá se note un poco de caída del ritmo al comienzo de la segunda parte, con el desayuno. Tardó un poco en coger ritmo de nuevo. Y el final... la imagen de ambas hermanas hundidas y acabadas, llorando mientras se dan cuenta de dónde han acabado se merece más tiempo. Y de paso, el público puede asimilar que está viendo el final. 30 segundos más de ambas llorando y el hermano... a lo suyo habrían sido ya la leche.
El texto de Alejandro Melero es inteligente, vital, doloroso, hiriente, pero sobre todo NATURAL. Pero de una naturalidad real. Estás oyendo todo el rato frases y expresiones de las de toda la vida, de las que has oído en el pueblo a tus tías y de las que le oías a tu abuela y si me apuras... a tu madre. Y esa naturalidad sincera está metida en medio de un drama cañí pero universal. Dejémoslo en que trata del reparto de una herencia. Pero entre medias se descubren unos personajes amargados, acabados, vacíos, dolorosos, egoístas y mentirosos. Menos el hermano. El chico disminuido (no sé qué palabra usar que sea la más apropiada y que no hiera). Él vive ese drama en su mundo. Un ser sincero, alegre, positivo y vital. Aunque hable como la tía revenía del pueblo que todos tenemos. Y no es un principito de una peli del señor ese criogenizado. Es de verdad. Y está mucho más vivo y feliz que sus dos hermanas. La ironía como punto de partida.
La dirección de José Manuel Carrasco es briosa, serena y congruente. Sólida y personal.
Cecilia Freire hace el papel más ingrato. Es la hermana doliente, sufridora y ceniza a la que todo le ha salido mal, pero que no duda en traicionar y sacrificar a su hermana con tal de pillar la pasta. Aunque le haga falta. Pero es mala. Pero es buena. Pero es mala. Como su personaje tiene menos "asideras" que los otros dos, parece que está peor, pero de eso nada. Está soberbia y a la altura de sus compis. Doliente pero no autocomplaciente. Con un mundo interior que se le escapa en cada mirada.
Raquel Pérez... en fin, es un ser de otro planeta. Un actor/actriz debe ser una persona preparada para todo. Sentir, entender, asimilar, digerir, canalizar, expresar, comunicar, medir, hablar y moverse. Y todo esto lo hace Raquel como si fuera lo más natural del mundo. He visto a poca gente que hable con tantísima naturalidad y con tanto por dentro. Sus toboganes emocionales son brutales y tan extremos como los saltos de octava de la soprano de Nabucco. Y Raquel es la Callas de la escena. Tiene una técnica vocal (lo siento, deformación profesional, no lo puedo evitar) como poca gente y una capacidad para llenar una mirada con todo un mundo interior (esa entrada a la mañana siguiente, mirando fijamente a su hermana es antológica). No sé, cualquier adjetivo que tenga que ver con sabiduría, calidad, emoción, y grandeza, se la aplicáis a Raquel. Hasta llegar a ese final... No se puede llegar a eso sin un proceso en medio, y Raquel lo lleva dentro y lo saca afuera. Eso es de genios.
Y luego confieso que es que soy gilipollas. No conocía a Javier Ruiz de Somavía. Y leyendo el programa de mano... leí mal y entendí (spoiler) que él era disminuido psíquico. Claro, según iba viendo la función iba flipando. Me parecía un trabajazo espeluznante. De un mérito y de una calidad que estaba flipando. ¡¡Pero qué coño!! Una vez acabada la función y cuando me había secado las lágrimas, lo busqué. ¡¡¡Era un actor interpretando el papel de un disminuido!!! Sí, soy gilipollas. Pero no lo sabía. Y entonces mi admiración y mi idolatría eterna se dispararon. Creo que JAMÁS he visto algo igual. Un trabajazo respetuoso y de una profundidad que te meas. Eso sólo se hace trabajando, trabajando y trabajando. Y trabajando desde el respeto y la investigación. ¡¡Estuve totalmente convencido de que era un disminuido todo el tiempo!! Bueno, hasta los aplausos, ahí me mosqueé.
De verdad, me emociono escribiendo. Cuando ves interpretaciones como estas, te das cuenta aún más, de lo que debería ser el trabajo de actor. Mi admiración e idolatría eternas para estos dos cíclopes de la escena.
Ahora lo chungo. Son dos bobadas, pero para rizar el rizo.
Quizá se note un poco de caída del ritmo al comienzo de la segunda parte, con el desayuno. Tardó un poco en coger ritmo de nuevo. Y el final... la imagen de ambas hermanas hundidas y acabadas, llorando mientras se dan cuenta de dónde han acabado se merece más tiempo. Y de paso, el público puede asimilar que está viendo el final. 30 segundos más de ambas llorando y el hermano... a lo suyo habrían sido ya la leche.
miércoles, 4 de septiembre de 2013
La vida en tiempos de guerra. Teatro Lara.
Calorazo sofocante. Las sillas de primera fila, reservadas (en fin). Esquivando cabezas para poder ver esta adaptación de "Casa de muñecas".
Venga, lo digo ya, porque pensaba andarme con rodeos, pero es mejor ir al grano. Y de verdad que siento muchísimo tener que decir esto, pero debo ser sincero conmigo mismo. A mí no me gustó.
Creo que la adaptación ha perdido detalles de las relaciones de los personajes que explican los acontecimientos y el interior de esos personajes. Al final, Nora queda como una chica caprichosa que se emperró en hacer un viaje y ahora de repente decide que se va. Y tengo siempre la sensación de que la actriz, a pesar de estar bien físicamente, emocionalmente está lejos del personaje. Y vocalmente también. Al resto de los actores también los noto por detrás de sus personajes. Y son buenos actores, pero falta la mano de un director que saque de ellos lo mejor, lo que la función necesita. Así Julio Hidalgo, que es el que mejor está, sin duda, habría estado soberbio. Así, Antonio de Cos, o mejor dicho, Rank, habría aportado algo más, porque según está planteado, es un personaje que si desaparece, no altera nada. Así Mamen Camacho habría estado más centrada y más multicolor. Con estar hipernatural no se lleva adelante un personaje si el resto no está en tu misma tesitura. Y Georbis Martínez habría tenido más enjundia.
En definitiva, un tremendo potencial tanto actoral como dramático, que para mi gusto, no logró sacar lo mejor ni del texto ni de los actores. En fin, para gustos se hicieron los colores, y el color de este espectáculo no es mi preferido. Con todo y con eso, lo recomiendo. Hay que verlo, sobe todo por los grandes actores. Ah, y lo de las canciones en inglés... un poco más curradas, jo, que eso del inglés tipo "jelou, jau ar yú"... como que no.
Y eso sí, mi clásico. Señores míos, se dice "estoy seguro DE que..." o "estoy convencido DE que...". Eso de que ante la duda, todos los "deques" fuera, no. Lo primero porque no hay duda. Hay reglas. Y eso está mal!
Venga, lo digo ya, porque pensaba andarme con rodeos, pero es mejor ir al grano. Y de verdad que siento muchísimo tener que decir esto, pero debo ser sincero conmigo mismo. A mí no me gustó.
Creo que la adaptación ha perdido detalles de las relaciones de los personajes que explican los acontecimientos y el interior de esos personajes. Al final, Nora queda como una chica caprichosa que se emperró en hacer un viaje y ahora de repente decide que se va. Y tengo siempre la sensación de que la actriz, a pesar de estar bien físicamente, emocionalmente está lejos del personaje. Y vocalmente también. Al resto de los actores también los noto por detrás de sus personajes. Y son buenos actores, pero falta la mano de un director que saque de ellos lo mejor, lo que la función necesita. Así Julio Hidalgo, que es el que mejor está, sin duda, habría estado soberbio. Así, Antonio de Cos, o mejor dicho, Rank, habría aportado algo más, porque según está planteado, es un personaje que si desaparece, no altera nada. Así Mamen Camacho habría estado más centrada y más multicolor. Con estar hipernatural no se lleva adelante un personaje si el resto no está en tu misma tesitura. Y Georbis Martínez habría tenido más enjundia.
En definitiva, un tremendo potencial tanto actoral como dramático, que para mi gusto, no logró sacar lo mejor ni del texto ni de los actores. En fin, para gustos se hicieron los colores, y el color de este espectáculo no es mi preferido. Con todo y con eso, lo recomiendo. Hay que verlo, sobe todo por los grandes actores. Ah, y lo de las canciones en inglés... un poco más curradas, jo, que eso del inglés tipo "jelou, jau ar yú"... como que no.
Y eso sí, mi clásico. Señores míos, se dice "estoy seguro DE que..." o "estoy convencido DE que...". Eso de que ante la duda, todos los "deques" fuera, no. Lo primero porque no hay duda. Hay reglas. Y eso está mal!
lunes, 2 de septiembre de 2013
The hotel. Teatro Nuevo Apolo.
Desde luego que programar un espectáculo como este en agosto es cargárselo. Y habrá tenido gente, no digo que no, y habrán salvado el mes, pero también te digo que si esto lo pones en septiembre o en octubre, llenas todos los días. Nosotros fuimos el último día, el 1 de septiembre, domingo a las siete y media y estaba con cerca de tres cuartas partes. Una pena porque el espectáculo es buenísimo.
Mira que soy muy de circo, y que el Price para mí es como un santuario. Y este espectáculo, sin desmerecer al Nuevo Apolo en absoluto, es digno de los mejores circos que hemos visto en el Price.
La estética elegida, así como de hotel años veinte, funciona y les sirve para utilizar elementos de la escenografía para hacer las salvajadas que hacen. Buena música, buenas luces, fabulosos acróbatas (no he encontrado los nombres, así que no los puedo nombrar y elogiar). Las chicas son todas brutales y lo que hacen, aparte de bellísimo, es difícil que te cagas. Los chicos igual, aunque el malabarista estuvo algo fallón. Los malabaristas son gente a la que admiro profundamente. Lo que hacen suele ser dificilísimo y casi siempre, muy bello. Y encima tienen la mala suerte de que si fallan, parece que se nota más que si fallan otros. Ya sé que lo que hacía era complicadísimo y yo, con los malabaristas, permito un amplio margen de error, así que ole por él. Y mira que lo que hacía era complicado...
En definitiva, espectáculo enorme, globalmente fascinante, con unos acróbatas salvajes y un conjunto precioso estéticamente y con unos números acojonantes. ¡¡Precioso!!
Mira que soy muy de circo, y que el Price para mí es como un santuario. Y este espectáculo, sin desmerecer al Nuevo Apolo en absoluto, es digno de los mejores circos que hemos visto en el Price.
La estética elegida, así como de hotel años veinte, funciona y les sirve para utilizar elementos de la escenografía para hacer las salvajadas que hacen. Buena música, buenas luces, fabulosos acróbatas (no he encontrado los nombres, así que no los puedo nombrar y elogiar). Las chicas son todas brutales y lo que hacen, aparte de bellísimo, es difícil que te cagas. Los chicos igual, aunque el malabarista estuvo algo fallón. Los malabaristas son gente a la que admiro profundamente. Lo que hacen suele ser dificilísimo y casi siempre, muy bello. Y encima tienen la mala suerte de que si fallan, parece que se nota más que si fallan otros. Ya sé que lo que hacía era complicadísimo y yo, con los malabaristas, permito un amplio margen de error, así que ole por él. Y mira que lo que hacía era complicado...
En definitiva, espectáculo enorme, globalmente fascinante, con unos acróbatas salvajes y un conjunto precioso estéticamente y con unos números acojonantes. ¡¡Precioso!!
Taitantos. Teatro Lara.
Pues confieso que es lo primero que veo en el Lara que me ha gustado.
Me explico: la obra en sí es un poco de aquella manera. Bloguera de moda, cuarentaitantos años, divorciada, recién separada de su último novio, el conflicto con su hija adolescente y a la que se le vienen los años encima. Crisis, querer volver a los veinte, querer gustar, querer que te quieran... Nada nuevo, vale, pero a mí me pareció que el texto estaba muy bien escrito. Es humor grueso, nada de cosa fina tipo humor inglés. Todo obvio, hasta chabacano. Pero conmigo funcionó. Y eso que no iba yo muy dispuesto que digamos. Pero me comí mis prejuicios al ver al monstruo de Nuria González. Por un lado están las actrizonas dramáticas brutales de las que hay muchas y buenísimas en España. Y luego están los monstruos de la comedia. ¿Qué tiene más mérito? ¡Ah! Quizá sea difícil ver a una dramática en un papel como el de "Taitantos", y no sé hasta dónde llegará el registro dramático de uno de estos monstruos de la comedia. Ambas cosas son dificilísimas y hay que tener un don natural para llegar a la gente. Y Nuria González hace absolutamente de todo y todo bien. Vocalmente, gestualmente, dirigiendo al público, con un sentido del ritmo sabio... Es una bestia parda. Y yo me meaba con ella. Hombre, había cosas igual un poco demasiado soeces e incluso hirientes, pero el tono es tan pasado, que hasta lo aceptas.
Así que yo lo recomiendo. Si quieres pasar una noche divertida, olvídate de prejuicios y entrégate a Nuria González. Si vas virgen, te divertirás. Y no esperes ver un dramón de esos que te remueven por dentro. Es lo que es y no engañan a nadie. Y chico, de vez en cuando una alegría pal cuerpo no viene mal, que bastante tenemos con lo que tenemos.
Desclasificados. Bellas Artes.
Hay funciones que sin ser lo más de lo más, sí son tan correctas e interesantes en todo lo que plantean, que deberían ser el "fondo de escenario" de una ciudad como Madrid que incluso aspira a organizar unos Juegos Olímpicos (espero que no caigan aquí, porque no nos lo merecemos).
Pere Riera escribe una trama de intriga político-social bastante correcta, bien escrita, manteniendo la tensión, sin altibajos ni discursos grandilocuentes. Texto bien escrito y trama interesante con sus giros, sus cambios de poder y sus "sorpresas".
Jordi Rebellón es el más flojo de los actores. Aparte de tropezar varias veces con el texto, tenía una actitud que más que marcar un personaje misterioso y aparentemente inactivo, creo que se debía a la falta de recursos para sacar adelante un personaje ciertamente sombrío y con pocos asideros.
Joaquín Climent hace una composición sabia, de actor de toda la vida. Da vida, empaque, naturalidad y serenidad a un personaje ingrato y que lo tiene todo para caerte mal. Y gracias a él, te cae bien.
Y Alicia Borrachero está fabulosa. Interpreta un personaje contemporáneo, con una mancha personal que la llevará a perder el supuesto control de la situación aunque sin mayor vida interior. Vale, me sirve, ¿por qué no? Siempre que eso lo hagas creíble y bien. Y lo hace creíble y maravillosamente bien. Te pones de su parte cuando ella o el director quiere y te saca de quicio cuando se pone insoportable.
Dirección al uso pero correcta, nada chirría. Eso sí, hay alguna música metida como de peli de terror que para mi gusto, sobra.
En definitiva, que no es el espectáculo del año, pero todo lo que hay está bien. Buen texto, buenos actores, dirección correcta, y ni una sola tos durante toda la función. No hubo "bravos" pero tampoco se veía a nadie enfadado o con cara de sueño. Pues qué más quieres. Misión cumplida.
Pere Riera escribe una trama de intriga político-social bastante correcta, bien escrita, manteniendo la tensión, sin altibajos ni discursos grandilocuentes. Texto bien escrito y trama interesante con sus giros, sus cambios de poder y sus "sorpresas".
Jordi Rebellón es el más flojo de los actores. Aparte de tropezar varias veces con el texto, tenía una actitud que más que marcar un personaje misterioso y aparentemente inactivo, creo que se debía a la falta de recursos para sacar adelante un personaje ciertamente sombrío y con pocos asideros.
Joaquín Climent hace una composición sabia, de actor de toda la vida. Da vida, empaque, naturalidad y serenidad a un personaje ingrato y que lo tiene todo para caerte mal. Y gracias a él, te cae bien.
Y Alicia Borrachero está fabulosa. Interpreta un personaje contemporáneo, con una mancha personal que la llevará a perder el supuesto control de la situación aunque sin mayor vida interior. Vale, me sirve, ¿por qué no? Siempre que eso lo hagas creíble y bien. Y lo hace creíble y maravillosamente bien. Te pones de su parte cuando ella o el director quiere y te saca de quicio cuando se pone insoportable.
Dirección al uso pero correcta, nada chirría. Eso sí, hay alguna música metida como de peli de terror que para mi gusto, sobra.
En definitiva, que no es el espectáculo del año, pero todo lo que hay está bien. Buen texto, buenos actores, dirección correcta, y ni una sola tos durante toda la función. No hubo "bravos" pero tampoco se veía a nadie enfadado o con cara de sueño. Pues qué más quieres. Misión cumplida.
domingo, 1 de septiembre de 2013
¿Hipopoqué? Héroe café.
Ya lo he dicho más veces y lo repito. Hacer teatro mola. Y si gracias a algunos sinWertgüenzas no se puede hacer en teatros, hay que sacarlo a la calle o a donde sea con tal de hacer teatro. PERO no todo vale. E intentar hacer una función en un pub igual que si cantara un grupo de rock, o saliera un mago, pues chico, a mí me da repeluco. Y da igual que sea microteatro. Es teatro igualmente. Que dure 15 minutos, 5 o tres horas, da igual. El hecho teatral es el mismo. Hay otros sitios muy famosos de microteatro que tampoco me molan .Te meten en un cubículo en el que suda hasta el techo y por supuesto sin las más mínimas medidas de seguridad. En fin, que me lío.
¿Hipopoqué? está escrito por Arturo López. Al loro, gente. Es lo primero que escribe y desde luego es lo mejorcito del espectáculo. Sé positivamente que se avecinan sorpresas, así que apuntáos todos este nombre porque va a dar que hablar.
Pues eso, que intentar hacer y ver un espectáculo así en un garito que lo tiene todo en contra es cruel tanto para el que lo hace como para el que lo ve. Y resulta difícil juzgar. El texto es muy interesante y plantea cosas duritas y crueles con bastante soltura. José Emilio Vera está realmente muy bien y Arturo López (también actor) el pobre estaba atacao y eso quizá hizo que estuviera un poco más flojillo que su compi. Pero vamos, que ya quisieran muchos...
Lo que flojeó más (quizá por el sitio) fue la dirección de Joaquín Navamuel. Si en lugar de durar 15 minutos... hubiera durado 20... habría habido tiempo de meter un poco más de tensión dramática. Ritmo. No velocidad, sino ritmo. Unas partes más ligeritas, otras más calmadas, pausas, vacíos... para conseguir que el clímax sea realmente el punto álgido de la función. Y ese momento queda un poco deslucido. Le falta tensión previa.
Pero insisto. El texto mola todo y los actores están bien y entregados. A ver si algún programador inteligente le da un empujoncito a este proyecto, porque se lo merece.
¿Hipopoqué? está escrito por Arturo López. Al loro, gente. Es lo primero que escribe y desde luego es lo mejorcito del espectáculo. Sé positivamente que se avecinan sorpresas, así que apuntáos todos este nombre porque va a dar que hablar.
Pues eso, que intentar hacer y ver un espectáculo así en un garito que lo tiene todo en contra es cruel tanto para el que lo hace como para el que lo ve. Y resulta difícil juzgar. El texto es muy interesante y plantea cosas duritas y crueles con bastante soltura. José Emilio Vera está realmente muy bien y Arturo López (también actor) el pobre estaba atacao y eso quizá hizo que estuviera un poco más flojillo que su compi. Pero vamos, que ya quisieran muchos...
Lo que flojeó más (quizá por el sitio) fue la dirección de Joaquín Navamuel. Si en lugar de durar 15 minutos... hubiera durado 20... habría habido tiempo de meter un poco más de tensión dramática. Ritmo. No velocidad, sino ritmo. Unas partes más ligeritas, otras más calmadas, pausas, vacíos... para conseguir que el clímax sea realmente el punto álgido de la función. Y ese momento queda un poco deslucido. Le falta tensión previa.
Pero insisto. El texto mola todo y los actores están bien y entregados. A ver si algún programador inteligente le da un empujoncito a este proyecto, porque se lo merece.
Vaca. Sala Tú.
Hay espectáculos que son imprescindibles y que deberían marcar historia. Como "Las plantas" de San Pablo Messiez con Estefanía (de los dioses) y de los Santos, o como "Diario de un loco" de San Luis Luque, con Don José Luis García Pérez. Milagros escénicos que se dan pocas veces. Y luego hay auténticas "liturgias" como "Lo único que necesita una gran actriz..." de (curiosamente) Vaca 35.
Espectáculo multimedia-cyberpunk-terapéutico que dirige e interpreta el monstruo de Alberto Velasco.
Alberto, o la vaca, no sale del armario, sale de una nevera. Casi como en un parto. Y comienza el dramón. Y la guasa. Y la ironía. Y la catarsis.
Alberto hace de todo, baila, sufre, ríe, susurra, grita, pega, escupe, y trasgrede con una sabiduría y un control que servidor, se quedó tan mudo como la "Muda" de (otra vez) San Pablo Messiez.
El espectáculo es cruel, y pasa por una especie de trayecto vital que va desde ese parto neveril a una especie de primera comunión cruel (tras pasar por una confesión maternal) con el muñeco reflejo de sí mismo, al que obliga a zamparse el pastelón de merengue para luego darle una somanta palos que te cagas por habérselo comido (la vida misma, uno se autoflagela a sí mismo por cosas que uno mismo se ha permitido), sigue por una especie de escena de amor igual de cruel y de trágica (el baile con el maniquí y los gritos de "quiéreme") y acaba ya no en una muerte, sino en la muerte de un sueño de normalidad, o si me apuras, en un apocalipsis total.
"Vaca" tiene unos años, y si todavía no lo has visto, TIENES que correr a verlo. Es de una dureza y una crueldad como pocas veces se ha visto. Y triste. Porque luchar desde dentro por cambiar una sociedad entera y ceder a la imposibilidad de hacerlo, es duro. Esta función sólo puede hacerla Alberto Velasco. Y no porque esté gordo. Sino porque lo que cuenta le sale de dentro en una especie de catarsis vomitada que sólo consiguen los actores integrales. Y me la pela si lo que cuenta es o no es autobiográfico. Lo que sí tiene son dos cojones para hacer lo que hace y contar lo que cuenta.
Ah, el momento apaleamiento de la cesta de frutitas y verduras... sublime. Y como buen vallisoletano... lo de los "torresnos" me llegó al alma. Y al estómago!!
Espectáculo multimedia-cyberpunk-terapéutico que dirige e interpreta el monstruo de Alberto Velasco.
Alberto, o la vaca, no sale del armario, sale de una nevera. Casi como en un parto. Y comienza el dramón. Y la guasa. Y la ironía. Y la catarsis.
Alberto hace de todo, baila, sufre, ríe, susurra, grita, pega, escupe, y trasgrede con una sabiduría y un control que servidor, se quedó tan mudo como la "Muda" de (otra vez) San Pablo Messiez.
El espectáculo es cruel, y pasa por una especie de trayecto vital que va desde ese parto neveril a una especie de primera comunión cruel (tras pasar por una confesión maternal) con el muñeco reflejo de sí mismo, al que obliga a zamparse el pastelón de merengue para luego darle una somanta palos que te cagas por habérselo comido (la vida misma, uno se autoflagela a sí mismo por cosas que uno mismo se ha permitido), sigue por una especie de escena de amor igual de cruel y de trágica (el baile con el maniquí y los gritos de "quiéreme") y acaba ya no en una muerte, sino en la muerte de un sueño de normalidad, o si me apuras, en un apocalipsis total.
"Vaca" tiene unos años, y si todavía no lo has visto, TIENES que correr a verlo. Es de una dureza y una crueldad como pocas veces se ha visto. Y triste. Porque luchar desde dentro por cambiar una sociedad entera y ceder a la imposibilidad de hacerlo, es duro. Esta función sólo puede hacerla Alberto Velasco. Y no porque esté gordo. Sino porque lo que cuenta le sale de dentro en una especie de catarsis vomitada que sólo consiguen los actores integrales. Y me la pela si lo que cuenta es o no es autobiográfico. Lo que sí tiene son dos cojones para hacer lo que hace y contar lo que cuenta.
Ah, el momento apaleamiento de la cesta de frutitas y verduras... sublime. Y como buen vallisoletano... lo de los "torresnos" me llegó al alma. Y al estómago!!
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