Hecho en coproducción con el National Theatre, "The drowned man: a Hollywood fable" es el último trabajo de la compañía PunchDrunk.
Anuncian que es una mezcla entre el Woyzeck de Büchner y un rodaje hollywoodiense en los Temple Studios, en Paddington.
Yo conocí a esta gente hace poco, en Nueva York, donde cotilleando cosas curiosas para ver, descubrimos un McBeth que hacía esta gente en un hotel abandonado y allá que fuimos. Muchos habréis visto "Sleep no more", esa versión de McBeth. Nos gustó tantísimo que nos buscamos la vida para poder repetir al día siguiente. Claro, estaba vendidísimo todo pero con un poco de cuento y mucho drama lloramos nuestra condición de actores españolitos deseosos de aprender y nos colaron al día siguiente. Yo nunca en mi vida he flipado tanto como con aquello. Con el concepto y con cómo estaba hecho.
Bueno, pues este "drowned man" es la misma historia. Macroedificio plagado de habitaciones, salas, decorados, pero muchas de ellas espectaculares. Si veis el vídeo de presentación, podéis filpar, porque TODO lo que se ve está en ese edificio, no hay nada que sean exteriores. Todo está dentro del edificio de los Estudios Temple.
Videoclip "The drowned man". No hay spoiler, puedes verlo tranquilo.
La mecánica supongo que la sabéis. Entras por grupos en un ascensor. Te van soltando por diferentes sitios del edificio en minigrupos de tres o cuatro. El público va con máscaras blancas, los actores no llevan máscara. Está prohibido hablar y mola más si te separas de tus amigos, vas solo, y te dejas llevar por la curiosidad. Cuanto más curioso seas, más vas a disfrutar. Los actores van representando la obra y lo hacen tres veces seguidas. Lo hace una vez (una hora, más o menos) empalman con una segunda vuelta y luego con una tercera que ya sí te llevará al final del espectáculo. No sé si me explico.
La historia que cuentan esta vez es el Woyzeck unido a otra historia paralela de un rodaje y una relación apasionada dentro de los Temple Studios. Dos historias trágicas que ocurren a la vez, mezcladas pero sin interferirse.
Yo por ejemplo, nada más entrar, me crucé con una chica a la que reconocí como Marie, así que me tiré a seguirla. Efectivamente a los pocos minutos de carreras parriba y pabajo, se encontró con Woyzeck, y ahí empalmé con la trama de Büchner. Entonces decidí seguirle a él para ver la "obra" al menos una vez. A la carrera por el edificio conseguí, en la primera hora, ver completa la historia tal cual aparece escrita en la obra de Büchner (es un decir, porque todo el mundo sabe que esa obra quedó incompleta y sólo se conservan unas escenas sueltas y no se sabe ni siquiera en qué orden irían cuando se completara la obra) . Total que seguí la trama de la obra durante su primera "vuelta". Cuando vi que la historia comenzaba el bucle y que acababa de empezar la segunda vuelta, abandoné al prota y me lancé a cotillear los espacios por los que antes había pasado. Y ahí es donde flipas más. Abriendo puertas, abriendo cajones, recorriendo pasillos, entrando en armarios... efectivamente cuanto más curiosos eres, más recovecos descubres y más espacios secretos ves. Y lo que más me gusta: a ver si me explico. Por un lado están representadas las escenas del libro. Pero están representadas todas las que no aparecen en el texto. Quiero decir, tú ves las escenas del libro en las que sale el Tambor Mayor, por ejemplo, pero si le sigues, ves lo que hace el personaje cuando NO está en escena. Son personajes vivos. Viven en las escenas que escribieron con ellos dentro y viven en los momentos NO escritos. Sinceramente, creo que es dificilísimo explicarlo. Es una experiencia absolutamente única y te juro por lo que más quieras que si pudiera, lo vería un día sí y un día no. Es la experiencia más única y especial que he vivido nunca en un espectáculo. Ah, aclaro que es un espectáculo mudo. O casi. Es danza y los bailarines son soberbios aparte de pegarse una paliza que te cagas.
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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jueves, 12 de diciembre de 2013
jueves, 27 de junio de 2013
Sleep no more. The McKittrick hotel.
Nadie me lo ha pedido pero lo escribo porque quiero, jeje. Y porque igual ahora alguien va a Nueva York. Y si vais, sería una pena que os perdierais este espectáculo.
A ver cómo lo explico. Se supone que está basado en el McBeth de Shakespeare. Y sí, lo que se representa es McBeth. Lo hacen en un antiguo hotel. En todo el edificio. Creo recordar que son cinco plantas con decenas de habitaciones, salones, escaleras, rincones, y hasta una pista de baile tipo teatrito con su anfiteatro y todo. Antes de entrar te dan un naipe. Pasas al bar. Ya está el ambiente creado. Bar tipo años 20, con una churri cantando. Ya te descoloca. Van llamando por cartas. "Ahora van a pasar los ases". Entonces te separas de tus colegas y empieza la aventura. Tienes que ponerte una máscara que está prohibido quitarte. Si te la quitas, te echan. Prohibido hablar también. Vives la experiencia tú solo. Los actores son los únicos que van sin máscara. Entras en un ascensor y van soltando a la gente en distintas plantas y en pequeños grupos. Es prácticamente imposible estar con ninguno de tus acompañantes. Mejor. Hay miles de habitaciones absolutamente ambientadas con cientos de millones de detalles. Puedes ir a donde quieras y tocar lo que te de la gana. Puedes abrir cajones, tocar todo lo que te encuentres y seguir a cualquier actor con el que te topes. También es verdad que puede que no te cruces con ninguno. Hay de todo, habitaciones de hotel, salas de hospital, cementerios, mil sitios que puedes cotillear. Y por ahí pululan los personajes de McBeth. Todos. Cada uno está haciendo su vida. Están a lo suyo hasta que les toca su escena, entonces se dirigen a la habitación en la que se desarrolla su escena, la hacen y luego siguen. Vamos, que puedes ver al soldado 14, pero puedes ver lo que hace antes y lo que hace después de la escena que escribió Shakespeare. Encima hay ciertas interacciones con algunos de esos personajes que si te pillan a ti, te meas por las patas. Lo que siempre hemos querido. Saber qué hace cada personaje antes y después de su escena. Todo está tan medido que los actores vienen cada uno de donde venga y se juntan donde deben para hacer sus escenas. Pero puedes seguir a Lady McBeth si quieres para ver qué hace cuando no está en escena. Representan McBeth 3 veces. Tres bucles. Así puedes seguir cada vez al personaje que más te apetezca y ver cada una de esas tres veces lo que hace y cómo llega a escena. Eso sí, tienes que ir dispuesto a correr, subir y bajar escaleras, y estar espabilado.
Nosotros fuimos cuatro amigos. Dos fueron siempre juntos pero se liaron cotilleando las habitaciones y no vieron McBeth, sólo un aquelarre y no pudieron ubicarlo mucho. Pero fliparon. El tercero fue un poco a la caza. Vio alguna escena pero también cotilleó espacios. Y yo tuve la potra de cruzarme nada más entrar con McBeth y le seguí parriba y pabajo y me vi la obra entera los tres pases. Miento, me faltaron un par de escenas. Pero nos gustó tantísimo que repetimos al día siguiente, jeje. Y entonces todo fue perfecto. Nada más entrar buscamos a McBeth y le seguimos de principio a fin. Total que en la primera vuelta ya habíamos visto la obra entera. Los otros dos pases, yo me dediqué a repetir escenas que me habían gustado y a cotillear habitaciones.
Ah, el espectáculo es de danza. No dicen ni una palabra ( al menos inteligible). Y juro por Leontyne Price que si vuelvo a Nueva York, iré otra vez. Y claro, yo que soy de fiebres, llevo más de un año tarareando "Is that all there is?" de Peggy Lee... y no puedo parar.
A ver cómo lo explico. Se supone que está basado en el McBeth de Shakespeare. Y sí, lo que se representa es McBeth. Lo hacen en un antiguo hotel. En todo el edificio. Creo recordar que son cinco plantas con decenas de habitaciones, salones, escaleras, rincones, y hasta una pista de baile tipo teatrito con su anfiteatro y todo. Antes de entrar te dan un naipe. Pasas al bar. Ya está el ambiente creado. Bar tipo años 20, con una churri cantando. Ya te descoloca. Van llamando por cartas. "Ahora van a pasar los ases". Entonces te separas de tus colegas y empieza la aventura. Tienes que ponerte una máscara que está prohibido quitarte. Si te la quitas, te echan. Prohibido hablar también. Vives la experiencia tú solo. Los actores son los únicos que van sin máscara. Entras en un ascensor y van soltando a la gente en distintas plantas y en pequeños grupos. Es prácticamente imposible estar con ninguno de tus acompañantes. Mejor. Hay miles de habitaciones absolutamente ambientadas con cientos de millones de detalles. Puedes ir a donde quieras y tocar lo que te de la gana. Puedes abrir cajones, tocar todo lo que te encuentres y seguir a cualquier actor con el que te topes. También es verdad que puede que no te cruces con ninguno. Hay de todo, habitaciones de hotel, salas de hospital, cementerios, mil sitios que puedes cotillear. Y por ahí pululan los personajes de McBeth. Todos. Cada uno está haciendo su vida. Están a lo suyo hasta que les toca su escena, entonces se dirigen a la habitación en la que se desarrolla su escena, la hacen y luego siguen. Vamos, que puedes ver al soldado 14, pero puedes ver lo que hace antes y lo que hace después de la escena que escribió Shakespeare. Encima hay ciertas interacciones con algunos de esos personajes que si te pillan a ti, te meas por las patas. Lo que siempre hemos querido. Saber qué hace cada personaje antes y después de su escena. Todo está tan medido que los actores vienen cada uno de donde venga y se juntan donde deben para hacer sus escenas. Pero puedes seguir a Lady McBeth si quieres para ver qué hace cuando no está en escena. Representan McBeth 3 veces. Tres bucles. Así puedes seguir cada vez al personaje que más te apetezca y ver cada una de esas tres veces lo que hace y cómo llega a escena. Eso sí, tienes que ir dispuesto a correr, subir y bajar escaleras, y estar espabilado.
Nosotros fuimos cuatro amigos. Dos fueron siempre juntos pero se liaron cotilleando las habitaciones y no vieron McBeth, sólo un aquelarre y no pudieron ubicarlo mucho. Pero fliparon. El tercero fue un poco a la caza. Vio alguna escena pero también cotilleó espacios. Y yo tuve la potra de cruzarme nada más entrar con McBeth y le seguí parriba y pabajo y me vi la obra entera los tres pases. Miento, me faltaron un par de escenas. Pero nos gustó tantísimo que repetimos al día siguiente, jeje. Y entonces todo fue perfecto. Nada más entrar buscamos a McBeth y le seguimos de principio a fin. Total que en la primera vuelta ya habíamos visto la obra entera. Los otros dos pases, yo me dediqué a repetir escenas que me habían gustado y a cotillear habitaciones.
Ah, el espectáculo es de danza. No dicen ni una palabra ( al menos inteligible). Y juro por Leontyne Price que si vuelvo a Nueva York, iré otra vez. Y claro, yo que soy de fiebres, llevo más de un año tarareando "Is that all there is?" de Peggy Lee... y no puedo parar.
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