Borja Roces escribe y dirige este espectáculo. También lo interpreta, junto a Alicia Rodríguez. Y hay que reconocer que a Borja Roces se le podría considerar un "creador" con todas sus letras.
El experimento de juntar poemas (de Néstor Villazón) con textos de Borja y con canciones de diferentes pelajes resulta bastante atractivo a priori, aunque el resultado quede más cerca de la teoría que de la práctica. Esta "encrucijada" de temas, estilos, dolores, punzadas, llantos y quejas es de difícil digestión.
Los textos elegidos son espesos, son densos y la mayor parte de ellos deprimentes y pretendidamente "profundos". ¡¡¡Claro que es profundo hablar de la existencia misma o de la tristeza, de la desorientación o de la falta de caminos o del llanto o del vacío creador!!! Pero que sea profundo no quiere decir que sea trascendente. Quiero decir que la teoría del espectáculo la ves, queda clara aunque el resultado no queda tan a la altura de lo que se promete. Los tramos que mejor funcionan (me resisto a denominar "escenas" a esos retazos que están unidos en su concepto más que en su forma o en una dramaturgia acertada), insisto, los tramos que mejor funcionan son los que juegan más con el sentido del humor o en los que han metido un toque más grotesco o irónico incluso. Cuando el discurso se queda más en el terreno difícil de lo trascendente, la cosa funciona peor y muchos de los mensajes acaban sonando más a frases grandilocuentes pero vacuas. Sin embargo cuando ese mensaje se mezcla con humor o con sarcasmo, pierde grandilocuencia y gana en sinceridad y en ácido. Supongo que cuando uno tiene un hijo tan prometedor, es difícil tomar distancia y verlo con objetividad. Quizá, digo solo quizá, Borja debería desprenderse algo de su amor de padre y dejar que alguien desde fuera mida las fuerzas de su criatura y sopese mensajes y cargas para que no todas sean de profundidad. Quiero decir que el mensaje es importante, claro está, pero que llegue al público es igual de importante y quizá una visión externa y menos implicada podría ser útil para aligerar la forma y potenciar la comunicación del mensaje.
Alicia Rodríguez tiene quizá el mejor tramo de la función, el del llanto, donde el mensaje se junta con el humor y se consigue un envoltorio más cercano y productivo.
Borja dice de maravilla. Está claro que nadie conoce el texto mejor que él y eso se transmite. Desde luego el plato fuerte de la función es Borja. Pero insisto, quizá en este caso la buena intención y lo que apunta el proyecto debería escuchar lo que el publico tiene que decir, tomar nota y perfilar de otra forma el espectáculo, sobre todo para que el mensaje llegue mejor y porque es un trabajo sincero que, una vez pulido y matizado puede ser muy competo y chulo de ver y de disfrutar.
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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