miércoles, 1 de mayo de 2013

La Chunga. Español.

Iba con el corazón dividido. Por un lado había leído alguna cosilla ( no muchas, para no ir mediatizado), y estando ahí mis adorados Jorge Calvo y Asier Etxeandía... pero por otro lado me daba miedito lo de Vargas Llosa en teatro. Y mira, chico, salí casi encantado.
No sé si es una especie de "Rashomon" en el que estamos viendo distintas posibilidades de lo que pudo pasar, o si todo pasó en realidad, y si pasó, en qué orden. No sé si es culpa mía o del montaje en sí, pero no me hizo salir con sensación de caos mental del que mola, sino del otro, del de "no sé si me he enterado". Seguramente sea culpa mía.
Bien dirigido, sobre todo la dirección de actores. Sólo hubo una cosa que me chirriaba. Escuchar tantas expresiones peruanas en castellano de Valladolid se me hacía raro. A ver, el texto es así, está claro, y no vamos a ponernos ahora a adaptar la obra al castellano de España, pero oír esas expresiones en un castellano tan puro... se me hacía raro. Ya sé que tiene difícil solución, pero lo comento porque sí. Y esto es por ponerle algún pero, porque el trabajo de los actores es tan brutal, que hace que te olvides de esos detallitos y simplemente goces como una perra.



Voy de menos a más. Aitana lo da todo. Gesto, movimientos, gritos, sufrimientos, acercamientos, seducción, humillación. Todo lo que hace está muy bien. Y está entregadísima. Pero... yo es que no la termino de ver. Si se hubiera hecho hace unos años, yo vería a una Charo López. Al personaje de "La Chunga" lo veo más amargado, más seco, más imponente (una mujer que saca adelante un local así en un sitio así ha tenido que pasar por encima de muchos hombres y situaciones y haberse ganado su respeto). Aitana lo da todo, y lo da bien, pero por ejemplo no le acompaña eso tan importante que es la voz. Pero se entrega a tope y repito, todo lo que hace está bien, así que me descubro ante ella.
Rulo Pardo está bien, aunque le haya tocado el personaje más desagradecido. Tomás Pozzi está inmenso. Hace de todo y todo lo hace bien. Te lo quieres comer. Se lleva la función de calle... si no fuera por lo difícil que se lo pone Jorge Calvo. Actorazo donde los haya. El Peter Ustinov o el Dustin Hoffman español. Está tierno, duro, patético, sensible, acabado... Su "escena" es una auténtica maravilla de matices, de presencia, de dureza. Si aquel momento "Agapimú" de "El inspector" ´fue inolvidable, su escenón en "La Chunga" es antológico. Irene Escolar desde el momento en que aparece en escena es un hada. Esta actriz es cojonuda. Habla por derecho, es bella pa rabiar, tiene una presencia, una sensibilidad, una sabiduría, unos matices y una naturalidad que sólo tienen las grandes. Al loro, si no lo es ya, va a ser uno de los actrizones del país, y si no, al tiempo.
Y Asier. Chico, yo qué sé. Qué voy a decir de este señor que no haya dicho ya. Si lo de "La casa de la portera" es la cara, esto es la cruz. Es sobrehumano hacer ambas cosas y hacer las dos tan bien. Si tengo que ponerle un pero quizá sea, y espero que no se moleste, que en la primera parte parece que tenga algún problema con la voz. Le oigo demasiado rasgado, como si tuviera realmente algún problema en las cuerdas. Aunque a los dos minutos empieza a soltar ese chorro lleno de matices y te meas encima. No he visto a nadie ya no que actúe, sino que se convierta literalmente en el personaje. Asier muta en Josefino. Mira, gesticula, habla, se mueve, salta, se tambalea, y siente como Josefino. Cualquier palabra se queda corta para la mutacion que ves en el escenario. No sé quién es el mejor actor de la historia, ¿Marlon Brando? Pues entonces es el Marlon Brando español.
Si no hay hostias por tenerlo en todos los montajes habidos y por haber, yo me voy del país. Aunque estos gobernantes nuestros me lo están poniendo cada día más a huevo.

1 comentario:

  1. Me encantan tus críticas teatrales, pero sobre todo la defensa y admiración que se traslucen en ellas hacia nuestros actores. ¡Que ya es hora, coño! Después de tanto ninguneo, ataques y demás por parte de policastros que no entienden de nada y menos de arte. ¡Bravo, David!

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