viernes, 24 de mayo de 2013

La monja alférez. María Guerrero.

Si es que a quién se le ocurre. Anda que no hay cosas para ver en Madrid. Pero bueno, es lo que tiene tener un abono.
Primer acierto: a la entrada nos regalan un libro de celebración de los 20 años del CDN. Evidentemente el libro es de 1998!!! Hasta tiene un prólogo de Esperanza Aguirre como ministra de Cultura!!!! Pero mira, no lo tenía y ahora ya lo tengo. Lo más gracioso si cabe, es que nos lo dan en una bolsita de papel y como cabría esperar, la gente decidió buscar ubicación a la dichosa bolsita cuando se apagaron las luces, con lo cual, tuvimos concierto de bolsas de papel crujiendo hasta bien empezada la función.
Cuento toda esta tontuna porque casi fue más entretenido eso que la función. Truño de los que hacen época. Sin que nadie se ofenda... ¿de verdad a alguien le parece tan interesante la vida de Catalina de Erauso como para escribir una función aunque sea en el año 86? Y si te lo parece, al menos que tenga otro punto de vista. Seguro que su vida fue muy interesante, pero coño, si escribes una obra sobre su vida que sea para darle algo de interés, porque si sólo haces una especie de texto de aventurillas, no sé para qué eliges a esta señora. Una mujer así seguro que fue mucho más interesante que lo que nos han contado ayer. El texto es simplón, aburrido, añejo, se carga a un personaje interesante y lo convierte en un mosquetero que va de puerta en puerta haciendo... no sé qué.



La puesta en escena es un intento tras otro de utilizar truquitos para ver si así gana la cosa en interés. Pero ni con magia, ni con sombras chinescas, ni con leches en vinagre. Eso no lo levanta ni dios. Y en medio de esa historia plana, aburrida, interesante cero, están un puñado de actores intentando dar lo mejor de sí mismos para ver si así la peña no se queda sobada en la butaca. Alguno incluso haciendo el chorras. Y vamos a ver, aceptamos que a la monja la interpreten ocho actores. Aceptamos que sean 4 hombres y 4 mujeres. Hasta ahí, vale. Pero que salgan algunos actores marcando... generosa anatomía, como que es un poco exagerado. Claro que ese pobre chico es tan flojito que al menos sirvió de aliciente para su escena.  Cristina Marcos genial de monja e intentando salvar su escena de Catalina. Nuria González, maravillosa en todo y todos en general entregadísimos e intentando dar enjundia a lo que no la tiene. Un diez para todos, hasta para el chavalín ese tan flojito. Ah, una sugerencia. Si hay que cortar una peluca en cada función, igual es mejor no hacerlo a sacar ese pelucón de los chinos horrible de la muerte. Pobre chica.
En definitiva, truño de texto que desaprovecha un personaje interesante y lo convierte en un ser soso y nada interesante. Puesta en escena llena de efectos para intentar darle interés a lo que no lo tiene y actores con un nivel de entrega para quitarse el sombrero y un resultado por su parte bastante bueno. 
Manda narices que en lo que llevamos visto este año en el María Guerrero lo mejor hasta ahora haya sido "Doña Perfecta". Claro que casi todos los actores y en especial la grandiosa Lola Casamayor le quitaban naftalina a aquel montaje.

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