miércoles, 8 de mayo de 2013

Los iluminados. Teatro Español

Hostias, vaya mejunje mental que me pillé anoche. Lo que tenía claro era que me había divertido muchísimo, las dos horas y pico se me habían pasado volando y salía encantado con los actores.
Vamos por partes. El texto mola. Ese grupo de "idealistas" está muy bien definido. Cada uno con sus caractérísticas, vicios, cosas buenas y cosas malas. David te mola y te pone de los nervios a partes iguales. Entiendes sus valores y los compartes, pero también compartes y criticas sus miedos. Tan incongruente como real. Velarde quieres que se calme desde que sale, pero luego le comprendes, te enamoras de él y de sus dudas metafísicas (o no tan metafísicas) y al final es al único al que casi salvas. Amor, la "cerebro" del grupo": todo lo que sale por su boca es cierto, no le puedes poner ni un sólo "pero", aunque cada vez que abre la boca la quieres matar. Es una brasas de tres pares de cojones. Y Amanecer es sencilla, simple, visceral, virgen (en el otro sentido de la palabra) y vive a impulsos según le vienen. No conoce el mal aunque se haya criado en medio de él.
Los actores están sublimes. Jorge Muriel y Marina Cruz están fabulosos. Empiezan bien y van cada vez más hacia arriba. Mónica Dorta es todo un descubrimiento (para mí al menos). Es una especie de Elvira Mínguez adorable. Habla por derecho, tiene una presencia apabullante y un saber estar, escuchar y reaccionar maravillosos. Mariano Estudillo debería ser la próxima estrella joven del panorama, junto con Irene Escolar. Dice y está con una naturalidad que flipas. Y luego Pedro Ángel Roca. Hacer lo que he dicho antes, conseguir que pases de tener ganas de ponerle un esparadrapo en la boca a querer irte a vivir con él para siempre es muuuuy difícil. Y lo hace con la punta. Se lleva la función de calle. Y aunque parezca una chorrada, tirarse media función en bolas no es ninguna tontería. Javier Albalá sin embargo no me gustó nada. No me gustó en aquella "Gaviota" que prefiero no mencionar, pero aquí tiene un registro y se ha llevado el personaje por un sitio que no me gusta nada. Pero cero, vamos. Y lo que dice no está mal. Cuestiona el idealismo de esta familia desde puntos que no son tan ilógicos. Pero quizá por miedo a simpatizar demasiado con él, el personaje malo, el ogro, el hijoputa, han decidido llevarlo por un tono farsesco que a mí me aleja.
Dirección un poco al uso, pero no echo en falta nada más. Está bien montada, medidas las escenas para que duren lo que tiene que durar, con un ritmo de cronómetro. Eso es un trabajo bien hecho.
Y luego pasamos al "mensaje". Esto es lo que me dejó anoche... desorientado. Veamos. El que no lo haya visto que no lea más, spoiler!!!!



Son un grupo de idealistas, cada uno con unos sueños distintos, pero embarcados en un proyecto "guay", que a todos nos parece superchulo y envidiable. Pero... viven donde viven y hacen lo que hacen porque un capitalista se lo permite. Quiero decir que a fin de cuentas ellos viven en casa de un tipo que no les cobra nada a cambio de trabajr en su restaurante sin contrato y sin un sueldo. Ellos lo ven como un sistema de "trueque" pero, ¿por qué no lo podemos ver los demás como una ilegalidad o como que están vendidos a un ricahón? Pues porque si piensas eso pareces un burgués asqueroso. Entonces igual yo lo soy. Pero hasta el hermano pequeño, ajeno a todo esto, es lo primero que les recrimina.
Cuando se les presenta la ocasión de trincar un sobre con mil euros, ninguno duda. Hasta Amanecer se va corriendo al banco a ingresarlos. ¿La pasta es la pasta? 
En otro momento, llegan a presentarse casi como unos "mesías" a los que habría que seguir porque son superguays. Ese momento me hizo pensar en ciertos dictadores "comunistas", y de nuevo,  el hermano pequeño, virgen, ajeno a todo, hace una bromita con "Chávez".
Luego hay algunas referencias a dios, a "la luz", a una determinada búsqueda de cierta trascendencia, al qué hay después de la muerte, a si dios existe... que sigo sin saber colocarlas. Hoy ya he colocado algunos sentimientos, estos otros... ya son demasiados. Y ese final... realmente no sé qué pensar. Si alguien lo tiene claro, por favor, que me escriba, que no me llega la camisa al cuerpo.

Pero en definitiva, hoy me siento fatal, porque creo que he visto algo que, envuelto en rollo guay, 15M, enrollado, cosas, en definitiva que me molan y con las que evidentemente sipatizo, al final, todo eso se desmorona porque la pela es la pela. El dinero manda, o el capricho del capitalista manda, o los sueños idealistas mueren bajo la realidad o bajo una realidad más aplastante.
Desear ser comunista es lógico y coherente, pero intentar serlo hoy en día es absurdo. Eso es lo que me hace sentir fatal hoy, un día después de ver "Los idealistas", digo, "Los iluminados".
Eso sí, el amor es vida, amémonos.    

Ah, si hay algo mal escrito... perdón, pero he escrito del tirón y prefiero no releerlo así que igual se me escapa alguna errata.

3 comentarios:

  1. Tendré que verlo para dar una opinión, pero prefiero prescindir de etiquetas, "comunistas, 15M, etc". Supongo que lo que importa es que no puedas estar tranquilo si sigue existiendo la injusticia, aunque a ti no te afecte.

    ResponderEliminar
  2. Las injusticias siempre nos afectan. Por algo seguimos siendo seres humanos "amantes" y "vivientes". Es imposible vivir tranquilo e imposible estarlo tras ver cómo mueren los sueñor por el peso de la realidad. De la puta realidad. (Aunque esta también se pueda cambiar...)

    ResponderEliminar
  3. Ah, y sólo hablo de lo que ocurre en la función, no de lo que yo pienso. Yo soy y seguiré siendo un "iluminado". A mí mis sueños no me los quita ni sandiós. Besicos, amor.

    ResponderEliminar