lunes, 13 de mayo de 2013

Los animales y los niños tomaron las calles. Cuarta Pared.

Espectáculo precioso, mágico. Te quedas embelesado desde el comienzo y sigues embelesado cuando termina.
La estética, mezcla de cine mudo y expresionismo alemán te engancha automáticamente. La música es apropiada, muy buena, graciosa, dura, y totalmente canallesca. Las tres actrices están milimétricamente en sus papeles. Son versátiles y cada papel que hacen es único. Todo mola. Es preciosísimo todo. Te embruja.



Pero la historia se ve lastrada por ese esteticismo. En teoría presenta un barrio que puede estar en cualquier ciudad, con una gentuza arisca, negra, envenenada. Pueden ser nuestros vecinos y si me apuras, incluso nosotros mismos en algunos momentos. Hay algo de caña. Se sueltan ahí en medio, como si nada, puñaladas con ese retintín británico que tanto me gusta. Pero no dejan de ser puñaladas sueltas. La historia se me queda un poco en un cuento cruel que empieza muy bien, sigue bien, cae en el medio, cae más aún y termina un poco de repente. Yo habría querido más caña, que la historia fuera un poco menos cuento y un poco más adulto. Pero vamos, que soy yo, que me gusta la caña y me gusta que si te pones, te pongas. a mí la magia me funcionó al principio, pero fue decayendo un poco y se me acabó quedando un poco floja, aunque estéticamente es intachable.
Merece la pena verlo, sin duda, y si vuelve esta compañía iré sin duda, pero espero que lo siguiente que traigan esté un poco mejor hilvanado todo, y no tan sacrificado a la estética. 

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