domingo, 22 de diciembre de 2013

Resumen 2013. Mis amores y pasiones.

Estamos invadidos por las Navidades, Raphael y Montse ya han hecho su trabajo, el Almendro nos ha devueltos con los nuestros (es un decir) y el espíritu del buen rollito por un día y una noche nos ha aprisionado. Y como yo soy más simple que el asa de un cubo, me voy a dejar llevar por el subidón dulzorro del turrón (que odio) y voy a hacer un recorrido pasional y apasionado por los hitos que han marcado mi año cultural.
 
Ópera.






El año ha sido irregular. De lo malo, por una vez no voy a habar. De lo bueno, evidentemente tengo que destacar por encima de todo la presencia de Carmen Solís en mi horizonte. Lo he dicho y lo he repetido de todas las formas posibles. Es una personalidad única y una de las voces más maravillosas que se han podido escuchar nunca jamás. Canta parriba y canta pabajo como si fuera lo más normal del mundo. Sube y baja con una facilidad innata que no se ve todos los días. Os lo llevo avisando desde hace tiempo. Quedáos con este nombre y el que no la conozca, que lo haga desde ya. Así podréis presumir, cuando Carmen alcance el lugar en el Olimpo operístico universal que le corresponde, de haber sido de los primeros en conocerla. Está todo el día pacá pallá por el mundo, porque ya se la disputan, pero llegará un día merecido en el que la programación de los coliseos se ditinguirá por contar con Carmen Solís para uno, dos o tres montajes al año.




Danza:
 
 
 
Por encima de todo, quiero destacar el trabajo y los resultados de mi adorada Compañía Nacional de danza. José Carlos Martínez está llevando a la CND a unos niveles tanto de calidad como estilísticos que nada tienen que envidiar las grandes compañías internacionales. Queda muchísimo por hacer, está claro, sobre todo, seguir acercando la danza al gran público, que deje de parecer un arte elitista. Pero el nivel de excelencia de la compañía es brutal e indiscutible. Y encima está ahí, currando como un descosido y brillando en cada gesto suyo, mi idolatrado Isaac Montllor. No se puede pedir más.
 
 
 
Y como no, Provisional Danza. Yo lo de Carmen Werner, todos sabéis que es debilidad absoluta, tanto su morro, como su arte como su concepción de la danza, de la expresión, del privilegio de estar en un escenario. Su concepto del cuerpo y de su manipulación artística. Un gusto de artista y un ejemplo. Y mi José Luis Sendarrubias, que no puede ser más artista. Y encima le hemos podido disfrutar en "Montenegro" demostrando lo que yo siempre he dicho, que encima de un prodigioso bailarín, es un peassso de actor.



Autores y directores:
 
Tengo que destacar dos descubrimientos particulares de este año. No descubro nada, además de que se trata de dos seres que llevan muchos años currando. Pero yo los he descubierto este año y su impacto e influencia creo que me acompañan todos los días.
 
 
 
Pablo Messiez apareció en mi vida como de puntillas. De "Return", aparte de la presencia de Chevi Muraday y de Marta Etura, flipé con los textos. Me estremecí con la visión del amor en todas su variantes. Sólo alguien muy sabio o alguien muy experimentado o muy inteligente es capaz de describir con esa inteligencia el amor y sus variantes. Luego "Las plantas", uno de los milagros del año (no lo vi el el Fringe, lo vi en la cervantina). "Muda", otro de los milagros (van dos de San Pablo Messiez), "Cenizas", "Las palabras"... no se puede pedir más. Cada palabra que sale de su pluma me vuela directa al corazón, no he sentido tanta comunicación con ningún autor, es como si escribiera directamente para mi alma. Siempre que hablo de sus trabajos los llamo "Carta de San Pablo al resto de los humanos" y es que alguien con esa capacidad para ahondar en el alma del ser humano, por fuerza está por encima de la realidad. 
Y mi Luis Luque. 
 
 
 
Sus trabajos con Narros, "La escuela de la desobediencia", y los prodigios bestiales "Ahora empiezan las vacaciones" y "Diario de un loco". Si los anteriores fueron años de formación creativa, me da que este 2013 ha sido el año de reventar a crear. Yo hay algo que valoro muchísimo en un director, y es que aparte de orquestar todo el material, entender y dar su punto de vista, me de su toque personal. No tiene que ver con que lo haga todo igual, al contrario, necesito un toque de autoría. Eso sólo se da cuando se comprende al 100% el texto, se ama ese texto, y se tiene totalmente claro. Entonces es cuando se nota una mano maestra en el aire. Existen los directores eficientes, existen los directores que ni lo huelen, los buenos directores, existen los directores buenísimos y luego existen los DIRECTORES con mayúsculas que son lo que yo admiro, de los que uno aprende como espectador y que son los auténticos responsables de la magia de lo que ves. Este año ha habido espectáculos de grandísmos directores, pero directores de los tocados por la mano de la musa, los que deberían pasar a la historia como creadores, los realmente responsables y magos son muy poquitos. Y yo tengo a un par este año. Sin lugar a dudas, el olimpo, mi olimpo, lo ocupa don Luis Luque, el mayor y mejor artista creador inteligente y sensible. Si mi capacidad para describir sus virtudes fuera lejanamente parecida a su capacidad creadora, sería feliz, pero por supuesto, ni me acerco remotamente.
 


Actores:
 
Aquí empiezo a meterme en terreno pantanoso. Me explico; he descubierto a actores prodigiosos, a actores brutales, a actores que me han llegado muchísimo, a actores que me han hecho llorar, a otros que me han desgarrado y a otros que... no sé, que si volviera a nacer querría tener un 10% de su carisma y cualidades. Mitos a los que admiraré eternamente y con los que, si algún día consigo tener delante y mirarles a los ojos, seguramente, el cuerpo solo me pida quedarme callado, decir polladas y echarme a llorar de la intensidad de la emoción. NO hay nada que valore más que a un gran actor/actriz. Sé lo difícil que es ese trabajo, lo sacrificado, lo peligroso, lo arriesgado y lo desgarrador que puede llegar a ser. Por eso no voy a destacar a ninguno, solo a uno pero por un amor especial. En mi saco de prodigios y mitos meto a lo mejor del año y seguramente de muchos años. Mi Fran Boira, mi Raúl Tejón, mi Javier Ruiz de Somavía, mi Alberto Velasco, mi Carlos Tapia, mi Israel Elejalde, mi José Luis Sendarrubias, mi Carlos Pinedo y por encima de todos ellos, no por nada, sino por electricidad personal no sé por qué, mi grandiosísimo José Luis García Pérez. 
    
 




Actrices:


Pues lo mismo que he dicho con los actores pero ahora para ellas. Las que voy a nombrar son actrices que han bordeado la perfección, que se han movido en terrenos espinosos, en arenas movedizas emocionales. El curro de actor es jodido. Si buscas la verdad (que es tu obligación), la implicación emocional debe ser radical, la exploración interna profunda y comprometida y el resultado, cercano, espontáneo, casual, natural y orgánico. Todas ellas son mis diosas de la naturalidad, del trabajo preciso y profundo, de la pasión por su curro y del amor por lo que hacen. 
Ha sido mi año de mi Fernanda Orazi, de mi Marianela Pensado, de mi Nuria Gallardo, de mi Esther Ortega, de mi Inma Cuevas, de mi Rocío Calvo, de mi Lola Casamayor, de mi Ana Rayo, de mi María Hervás, mi diosa Kiti Manver, de mi amada Raquel Pérez, diosa y zarina del arte y por encima de todas también por química personal, mi santa Estefanía (de los dioses ) y de los Santos. Admiración eterna, fanatismo exagerado y pasión y devoción de por vida a todas ellas.





Espectáculos:


Tengo que destacar finalmente una listita de mis espectáculos preferidos, con los que más he gozado, los que más se acercan al teatro que a mi me gusta, en el que creo y el que amo.
Ping Pang qiu, Recortes, Ahora empiezan las vacaciones, Las plantas, Sagrado Corazón 45, La copla negra, Muda, La función por hacer, Sleep no more, MBIG, Lo único que necesita una gran actriz es una gran obra y las ganas de triunfar, Las heridas del viento, Cerda, Cru, Vaca y por encima de todas, lo que más ha revolucionado mi alma este año, mi idolatrada hasta lo enfermizo "Diario de un loco".






En fin, que para mí el teatro es lo que me mueve el alma. Para arriba, para abajo, a veces hacia adentro e incluso otras veces hacia afuera. Pero me la tiene que mover. Se hacen muchas cosas, se llevan adelante bastantes, se estrenan muchísimas, te cobran por todas, todas merecen el respeto del trabajo hecho, del esfuerzo puesto y del coraje y la suerte de poder estrenarlas. Pero no todo es bueno, e incluso a veces no todo merece demasiado aplauso, y en contadas ocasiones crees que lo que ves poco tiene que ver con el teatro, al menos con el que yo amo y lo que yo creo que es el teatro. Pero el acto de ir a una sala, la luz apagandose, el comienzo del ritual, las emociones volando por la sala, los silencios, los temblores, los sufrires, los llorares, y el salir con el corazón estremecido, es y seguirá siendo un acto único e irrepetible, No te lo puedes descargar. Seguirá vivo siempre. Siempre que haya magos que nos lo ofrezcan y público ansioso por sentir. A pesar de los ineptos terroristas culturales que tenemos como ministros. Pero es que le teatro es del pueblo, señores, y el pueblo lo mantendrá vivo, porque el arte y el teatro nos hacen vivos. Y a mí, la capa de "Diario de un loco" me hace volar.  

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