Cuando la mayor parte del público se pone en pie y grita "bravo" y yo estoy aturdido, medio sobado y sin haber sentido la más mínima emoción, está claro que o había muchos amigos o soy rarito. Supongo que soy rarito.
Título precioso que prometía una historia curiosa, bonita y dura. Pero al minuto y medio de empezar la función, oigo que un personaje que es sueco dice "estantería Billy" para corroborar que es sueco. Entonces empiezo a desenchufar. Y tras hora y pico de ver a una actriz con sonrisa permanente, varios actores luchando por darle a la obra lo que no tiene, después de la escena de los Gaddafi, después de escuchar "Ay, pena, penita, pena" y "Corazón contento" de Palito Ortega...
Eh... no sé, mejor no comento más. Pero insisto, la mayor parte del público en pie y gritando "bravo".
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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Si a los dos minutos tras el comienzo de una obra empiezas a "desenchufar", no creo que estés en posición de hacer una crítica especialmente buena de una obra. O al menos, de dar una opinión global realmente pensada. En mi opinión, la obra cumple con lo que ofrecían: Contar una trágica historia real, desde un punto de vista fresco y divertido, que no por ser más o menos alegre le resta oscuridad a la historia. La actuación era muy dinámica y tenía momentos de un humor bastante ácido y crítico, aunque para disfrutarlos había que estar atento, supongo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Kateshogun. No es que "desenchufe" de una obra a los dos minutos y medio, "desenchufé" de esta en concreto. Eso no quita para que esté en posición de hacer una crítica de la obra. Si quieres, la hago. Puedo dar un opinión realmente pensada y argumentada de cada minuto de la representación que ví. Pero he decidido no hacerlo. Por respeto al trabajo que hay hecho. Suelo estar muy atento en las cosas que voy a ver y por las que me han cobrado una entrada. Eso no quita para ue cada espectador reciba unas cosas o reciba otras. Es la magia del teatro. La comunicación a veces se da y a veces no. Por ejemplo aquí. A mí me llegó cero. A tí te encantó. ¿Qué opinión vale más? Para cada uno la suya, ¿no?
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