jueves, 11 de julio de 2013

Tres hermanas, versión androide. Matadero. Fringe 13.

A mí me gusta mucho Chéjov. Y no es que haya que respetar a los clásicos y hacerlos siempre única y exclusivamente de la forma tradicional, no es eso. Pero yo, por lo que había leído, iba esperando ver un Chéjov. Revisitado por una compañía japonesa, que ya es un puntazo. Y con un personaje "interpretado" por un androide. Vale. Pero es que ni Chéjov ni Cristo que lo fundó.
Vamos por partes. El espectáculo es de sofá. Los personajes entran y salen, se sientan en un sofá y hablan. Hablan sentados en un sofá. A ratos era un poco como estar viendo un Mihura o algo así. Bueno, ahí hay hasta más acción. Pero bueno, es una opción. Me la trago.
Me da a mí que el 99% del publico íbamos por lo del robot. Y el robot mola, es chulo, es muy bonito, parece una mujer realmente. Pero claro, sus entradas y salidas son un poco forzadas y casi torpes. Vale, es un robot y no es un humano. Me lo trago también. No es problema. Pero claro, los personajes están tan cambiados respecto al original que...
Hay otro robot, el mayordomo de la casa de las hermanas, que es muy salao pero que poco aporta.
El conflicto de las hermanas es... no sé muy bien cuál es. "Irina" lleva diez años muerta y ha sido reemplazada por un androide. Todos lo aceptan, cosa normal en un Japón del futuro. Pero el conflicto de esa "Irina" es que tuvo un trauma de joven y por eso decidió "morir" y ser reemplazada. Pero la "Irina" humana no murió y vive también en la casa. Me estoy liando...



El meollo de la obra es que van a cenar caballa, que es poco apropiada para una cena de postín. Cualquier asomo de los conflictos de la obra de Chéjov desaparece y sólo quedan unos personajes que terminan exactamente igual que empiezan, a los que no les ha pasado nada, y tras hora y media hablando casi todo el rato sobre cosas insulsas. No hay apenas conflicto ni pasa realmente nada. Lo único que mola es una reflexión del androide, que se lamenta de que como robot, no va a morir nunca, con lo que su perspectiva de las cosas es distinta a la de los humanos.
En definitiva, nada que ver con Chéjov ni con sus personajes. De hecho, "Olga" es una maru y "Masha" una cornuda algo histérica, punto. Y luego, qué quieres que te diga, pero que la frase final sea "hay que comer" me derrumba muchos andamios emocionales.
Que sí, que se deja ver, que está mono, que mola el robot, pero si crees que vas a ver un Chéjov, olvídate.

1 comentario:

  1. Siempre me he preguntado por qué los destroza funciones no escriben su propia obra y dejan de aprovecharse del nombre de otro autor. Tan incisivo y mordaz como siempre. Un abrazo.

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