viernes, 15 de febrero de 2013

Todos caníbales. Teatro Pradillo.

Joer, entre tanta cosa de medio pelo, basurillas y basurazas, se agradece ver algo que se sale de lo común.
Basada en la historia de aquellos alemanes que quedaron en casa de uno, follaron y luego uno mató al otro y se lo comió.
Si tuviera que definir lo que vimos anoche diría que fue casi una "videoinstalación" o una performance de "video arte". Que no suene peyorativo esto. Al contrario. Raudal a veces, a veces torrente y a veces flujo suave de sensaciones, ruidos, riesgos, música, textos, sonidos, imágenes...
Propuesta imaginativa, especial, espacial, brutal, cruda, sensitiva y única.
El teatro, o cualquier espectáculo (esto venía etiquetado cono "Ópera experimental") debe comunicar y a ser posible, conmover. Pues estos señores lo consiguieron. Bravo por ellos y por su valor.



Hoy me espera Angelica Liddell y estoy nerviosito perdido.

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