domingo, 20 de mayo de 2018

Contratiempoymarea. Intemperie Teatro.

Al lío. 
"Contratiempoymarea" es una gozada. Así, tal cual. 
El texto de Sonia Madrid es para leerlo una y otra vez y sacarle jugo, exprimirlo de nuevo y buscarle mas vueltas y luego más y así varias veces. Porque lo que hace es plasmar en el papel el pensamiento de dos seres surrealistas. O absurdos, o sacados de un circo, o de un psiquiátrico. O de la calle. 
Mezcla estilos y géneros con una audacia que te tira de espaldas y llega incluso a atreverse con el monólogo interior en algunos momentos. Magistral. Además retrata a dos seres perdidos y complementarios. Las dos caras de una moneda o la misma desde dos prismas distintos. Pompoff y Thedy, o Vladimir y Estragón, o Cara blanca y Augusto o Tip y Coll o C3PO y R2D2. El uno dice lo que el otro piensa, el uno dice lo que el otro teme, el uno dice lo que el otro espera. Los dos son desconocidos aunque se conocen mejor que nadie. Los dos esperan a su Godot. Los dos aman y han amado y tiene miedo y sueñan y mueren y se defienden de un mundo que no entienden y se pelean y se vacilan. Son como dos amantes o los dos polos de una misma mente. Tan complementarios como enemigos y tan necesarios como peligrosos. 



Maravilla de texto amargo y desgarrado sobre el vació y la incomunicación, la búsqueda y la necesidad.
Y llega Raquel Pérez y disfraza estos dos seres de payasos. Y así ya tiene la coartada perfecta para tocarnos los huevos y que nos lo tengamos que comer. Porque estos dos vagabundos, estos payasos salidos del Retiro (del de antes), estos dos heridos tiene derecho a decir y hacer lo que quieran. Parecen arrancados de un circo barroco, de un circo de esos en los que los payasos hacen llorar y la trapecista tiene las medias rotas y el corazón hecho añicos. Entre cartones de vino, música decadente y recriminaciones ácidas, Plácido y Domingo se buscan, se miden, se encuentran, se necesitan y se matan. El amor puro. La vida misma. Brillante el sitio desde el que Raquel nos cuenta esta historia de amor y brillante la forma y el tempo elegidos. Grandísima directora. 
Albino Hernández-Newman está a los mandos de la luz y el sonido. OLE tú, Albino. 
Iván Villanueva es Cara blanca. Es el reposo, la serenidad, la sabiduría olvidada y el reposo. Quizá peque de estar a ratos demasiado entero. Su locura o su punto de partida a veces se desdibuja un pelo. David González sin embargo da un recital. Todo lo que hace es magistral. Ya desde su aparición, arrastrando un carrito en el que nos avisa de que es esquizofrénico. Sólo con ese cartel nos avisa de que puede hacer cualquier cosa. Y es eso exactamente lo que hace. Cualquier cosa. O mejor dicho, de todo, hace de todo. David grita, susurra, va, viene, salta, llora, corre, ríe, sufre, sodomiza, ama, escupe, mata, busca, escarba, hiere y seduce. Hace de todo y todo lo hace bien. 

Hacedme caso. "Contratiempoymarea" es un espectáculo pequeño, con los medios justos y necesarios. Y no necesita más. Pero es un espectáculo GRANDE en su vuelo, en su pretensión, en la profundidad de su texto y en la seriedad de su puesta en escena. Y por supuesto, en el trabajazo ejemplar de sus dos actorazos.
Bravo para todos y cada uno de sus responsables. Este es el teatro que mola.   

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