Yo con Chévere siempre he tenido mis más y mis menos. Vale, sí, estas "Divinas palabras" no son una producción de Chévere sino del Centro Dramático Galego, pero para el caso, como si lo fuera.
Con Chévere he ido de menos a más. De "Citizen" a esa maravilla de "Eroski Paraíso".
Con "Divinas palabras" me lo pasé muy bien, disfruté mucho, me reí y me estremecí, pero reconozco que el brillante planteamiento inicial se acabó convirtiendo en la propia trampa del espectáculo. Creo que lo que parecía un hallazgo en un principio, se volvió incongruente a mi modo de ver.
Manuel Cortés y Xron firman esta versión del textazo de Valle Inclán. A mí el texto de don Ramón María me enloquece y el rosario de personaje inmundos me priva. Situar la acción en un reality de esos en los que encierran a un puñado de desquiciados para que se despellejen delante de las cámaras y delante de millones de ojos ajenos que se olvidan de sus desgracias rebozándose en los jaris de cartón piedra de unos supuestos famosetes prestos a dejarse humillar con tal de pillar unos euros indignos es un acierto. Coño, qué frase más larga me ha salido...
Los familiares de Xoana (Juana la Reina) están encerrados en un escenario de reality y allí se harán cargo de Laureano, el baldadiño, repartiéndose su cuidado entre Mari-Gaila y Marica del Reino, cuñada y hermana de la fallecida. Les acompañan en esa casa el resto de personajes de la obra de don Ramón María mientras desde fuera, Séptimo Miau les vigilará con su ojoquetodolove.
Este arranque es ingenioso y realmente funciona. La podredumbre de una Galicia ya superada por la realidad funciona bien en este marco. Mientras la vida parece detenerse dentro de ese microcosmos podrido, fuera, Galicia arde y es asolada por un tiempo inexorable. La Galicia que recibirá a toda esta peña al final del desastre, cuando esa placa de Petri en la que han vivido les devuelva a la puta y quemada realidad.
Los que han ido a esos concursos dicen que ahí dentro "todo se magnifica". Bueno, vale, chaval. Aceptaremos pulpo. Por eso es ingenioso y prometedor encerrar a esos personajes en un micro espacio en el que sus miserias se magnifiquen y se saquen de madre.
Pero precisamente por las limitaciones de un entorno tan concreto creo que es por lo que acaba haciendo aguas el planteamiento. Me explico: ellos están en un sitio en el que hay cámaras por todas partes y todo lo que pasa es retransmitido en directo. ¿Cómo es entonces posible que suceda el final del baldadiño? Sus causantes deben de saber que lo que está pasando allí lo está viendo todo el mundo, ¿no? Igual que lo que sucede en el dormitorio entre padre e hija. No hay nada de la acción que transcurra en la impunidad de un bosque, o agazapado en la oscuridad o los secretos. Es impensable que pase lo que pasa entre Pedro Gailo y Simoniña. Y no puedes "devolver" la silla a la habitación de Marica sin que se entere toda España. Y no puedes revolcarte con Séptimo Miau porque te ve todo el país. O sí puedes, pero todo eso tendrá consecuencias. Y esas consecuencias se escapan del propósito de los personajes. Quiero decir que hay cosas que pueden darte igual o que pueden tener consecuencias inesperadas, pero otras cosas se hacen cobijado en la impunidad de lo secreto. Está en Valle Inclán y está en la lógica de la acción. Hay cosas que pueden pasar delante de unas cámaras y que no importe pero otras son totalmente inimaginables si tienes una cámara enfocándote.
Tampoco entiendo que haya habitaciones que no se ven. La escenografía de Suso Montero es una pasada, pero el que falten algunas habitaciones ya da una pista sobre categorías de importancia. Vale que las habitaciones de los mendrugos esos no nos importan, ni la de Tatula, ni siquiera la de Marica, pero que de entrada no aparezcan lo hace demasiado evidente.
En lo que se refiere estrictamente a la trama, al hecho de haber trasladado la acción en esta versión a un espacio tan acotado, creo que lo que podría haber ayudado a encerrar y limitar lo repodrido de los hechos acaba atrapado en una incongruencia que al menos a mí me hizo salir de la complicidad inicial y empezar a "ver el cartón".
Por eso creo que la principal baza de esta versión es también su principal trampa.
Además me dio la sensación de que muchas escenas estaban como flojas. Era como si estuvieran recién montadas y necesitaran todavía hacer nacer más vida. Tuve la sensación en muchos momentos de que el hiperrealismo a la hora de montar determinadas escenas lastraba su vida. Y sentía como que casi todo necesitaba rodaje. Seguramente dentro de un mes el espectáculo habrá crecido mogollón, de hecho estoy convencido, porque con una base tan potente es cuestión de entresacar la vida y lo nacido en el momento. Pero en mi cuerpo la tensión caía a ratos y notaba una falta de "vida escénica" resultado del tono hiperrealista de la apuesta de Xron en la dirección.
Aunque colaboro en algún ranking y a veces tengo que "puntuar" espectáculos, no soy muy amigo de poner estrellitas a los espectáculos teatrales. Pienso que uno valora lo que ve y vive por su experiencia única e individual. El director y el equipo han tomado sus decisiones y han optado por hacer las cosas como ellos han querido. Eso es incuestionable y decir de una decisión del director que es acertada o equivocada es una soplapollez. El director ha tomado las decisiones que ha querido y ha creído convenientes para contar su historia a su manera. Y no admite que nos parezca bien o mal a los demás. De lo que se puede hablar es de si esas decisiones han funcionado en nosotros. Si nos han tocado y si nos han funcionado. Ni se me ocurre cuestionar las decisiones de Xron ni de nadie del equipo. Obviamente todo lo que hacen está pensado, repensado, decidido y requetedecidido. Y no lo critico ni lo pongo en duda. Simplemente no funcionó conmigo. Me hizo salirme de la empatía inicial y situarme lejos, en un sitio donde encontraba fisuras en la acción, en la congruencia y en el tono.
El elenco es de ensueño, ahí no se puede poner ni una pega. Lo de Patricia de Lorenzo es pura debilidad. Crea una Mari-Gaila mala de cojones, seductora, pringosa y repugnante (el momento pañal es estremecedor, unos minutos interminables que todo político debería ver antes de tomar decisiones económicas por encima de los seres humanos). Consigue ser todo lo malo que tiene que ser un bicho así y da verdad y vida a cada movimiento. No es una actriz de grandes composiciones desgarradas y mutantes. No, ella trabaja desde sí misma, desde sus recursos y consigue hacer nacer la verdad SIEMPRE. Eso sólo lo consiguen los grandes intérpretes. Los hay que se transforman cada vez y los hay que desde su forma de hacer logran siempre SER el personaje. Adoración absoluta. Y encima ha hecho sus pinitos en doblaje y con eso ya me tiene a sus pies. Yo soy muy fans de mis colegas.
La misma admiración siento por Tomé Viéitez que crea un baldadiño asombroso y la admiración se vuelve absoluta con Borja Fernández, que compone un monstruo repugnante con trazos finos y precisos.
En resumen, creo de verdad que es un gran trabajo de todos, el equipo al completo hacen un curro de altura, desde el creador del espacio sonoro a la responsable del vestuario o al iluminador pasando por los actores e incluso por los responsables de la versión y el director. Sin embargo algo no hizo click en mí y me sacó de la magia de lo nacido en el momento y me hizo ser consciente de que estaba en una butaca de un teatro, con una cabezón que me tapaba la mitad de la visión y con las rodillas dándome con la butaca de delante.
Con Chévere me ha pasado esto otras veces; que simpatizo totalmente con su punto de vista y ética y moralmente me siento cerca, pero algo me descoloca. Quizá el intentar transmitir el mensaje por encima de las formas. Demasiado empeño en dejar claro su punto de vista moral. Y a veces ese empeño, pese a ser lícito y admirable, puede que conmigo no funcione. Prefiero ver yo las cosas y descubrirlas antes que verlas ahí puestas. Está Galicia, está Valle a ratos pero me falta dejarme estar a mí .
Aquí podrás leer MI opinión sobre los espectáculos que voy viendo. Insisto en que es MI opinión, nada mas. No pretendo adoctrinar ni tener razón. Únicamente te contaré MIS razones para amar o amar menos lo que vaya viendo. El teatro son gustos y aquí leerás los míos. No soy crítico, solo necesito contarle al mundo el porqué de mis amores. Lo que puedes leer aquí es lo que yo he sentido al ver estos espectáculos. Ni más ni menos que mis sensaciones. Si a alguien le sirven, estupendo.
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Bravo Sr.
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