sábado, 27 de abril de 2013

Anna Caterina Antonacci. Teatro de la Zarzuela.

Programar un ciclo de lied ya de por sí es atractivo. Si encima vas y pillas justo a una artista como Anna Caterina Antonacci, es disfrutar de una tarde monísima de la muerte.



Esta mujer canta muy bien, y es muy expresiva. Quizá por eso se movía mejor en las piezas más expresivas. Grandiosa en los tonos medios, potente en las notas graves y agudos bellos aunque algo vibrantes. Fabulosa con las novedades de Fauré, quizá un poco sombría con Debussy, dulce y melancólica con Duparc y Berlioz y megafantástica con Reynaldo Hahn, sin duda lo mejor de la noche. "L'énamourée" fué una cosa de otro planeta y las "Canciones en dialecto veneciano" lo más divertido. Por ponerle un "pero", su francés un poco macarrónico y ese bis con "La tarántula". Se llevó al público de calle, pero en un concierto de lied... yo habría preferido ya puestos, un Strauss.
Atentos al arte de esta mujer, que si en concierto mola, en Óperas cuanto más expresivas mejor, imagino que será de morirte del gusto.

1 comentario: