miércoles, 17 de julio de 2013

La increíble historia de la chica que llegó la última. Matadero. Fringe 13.

Cuando la mayor parte del público se pone en pie y grita "bravo" y yo estoy aturdido, medio sobado y sin haber sentido la más mínima emoción, está claro que o había muchos amigos o soy rarito. Supongo que soy rarito.



Título precioso que prometía una historia curiosa, bonita y dura. Pero al minuto y medio de empezar la función, oigo que un personaje que es sueco dice "estantería Billy" para corroborar que es sueco. Entonces empiezo a desenchufar. Y tras hora y pico de ver a una actriz con sonrisa permanente, varios actores luchando por darle a la obra lo que no tiene, después de la escena de los Gaddafi, después de escuchar "Ay, pena, penita, pena" y "Corazón contento" de Palito Ortega... 
Eh... no sé, mejor no comento más. Pero insisto, la mayor parte del público en pie y gritando "bravo".

2 comentarios:

  1. Si a los dos minutos tras el comienzo de una obra empiezas a "desenchufar", no creo que estés en posición de hacer una crítica especialmente buena de una obra. O al menos, de dar una opinión global realmente pensada. En mi opinión, la obra cumple con lo que ofrecían: Contar una trágica historia real, desde un punto de vista fresco y divertido, que no por ser más o menos alegre le resta oscuridad a la historia. La actuación era muy dinámica y tenía momentos de un humor bastante ácido y crítico, aunque para disfrutarlos había que estar atento, supongo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Kateshogun. No es que "desenchufe" de una obra a los dos minutos y medio, "desenchufé" de esta en concreto. Eso no quita para que esté en posición de hacer una crítica de la obra. Si quieres, la hago. Puedo dar un opinión realmente pensada y argumentada de cada minuto de la representación que ví. Pero he decidido no hacerlo. Por respeto al trabajo que hay hecho. Suelo estar muy atento en las cosas que voy a ver y por las que me han cobrado una entrada. Eso no quita para ue cada espectador reciba unas cosas o reciba otras. Es la magia del teatro. La comunicación a veces se da y a veces no. Por ejemplo aquí. A mí me llegó cero. A tí te encantó. ¿Qué opinión vale más? Para cada uno la suya, ¿no?

    ResponderEliminar