domingo, 26 de enero de 2014

Garage D'Or. Canal.

También es casualidad que en Madrid haya dos espectáculos de teatro visual con unas máscaras semejantes y con historias emotivas. Bueno, miento, hay un espectáculo así, "André y Dorine", porque este "Garage D'Or" de la compañía Familie Flöz, de emotivo sólo tiene la intención. 
No voy a comparar más estos dos espectáculos, sobre todo por no ser cruel. 



Pero a lo que voy. Supuestamente esta compañía nos cuenta la historia de tres señores que tiene sueños secretos e inalcanzables y una vida opresora. Toman por la calle del medio y deciden abandonar esas vidas y acabarán por cumplir ese sueño imposible. Se supone que si luchas y luchas por conseguirlo, por muy imposible que parezca, lo conseguirás. Mentira, pero bueno. 
El caso es que estos tres señores son tres tíos con los que no simpatizo ni me importan nada. Sus dramas son uno que no sabe poner una lavadora (sin embargo su mujercita sí, evidentemente) el otro que no sabe hacer un puré para la cena de los críos y no sabe cuidar de su bebé (sin embargo su mujercita sí, evidentemente) y el otro que está más preocupado de mirar las estrellas que de su aniversario de bodas. O sea, ¿que tenemos como protas a tres borricos que como buenos machos no saben poner una lavadora? Pues que les den. Una obra que empieza ya con ese planteamiento sexista y retrógrado me interesa cero. Encima la historia es sosa, sin gracia, no se acaba nunca, las máscaras feas y todos los elementos de la escenografía cochambrosos. La poesía con tres mendrugos como protas no me interesa. Y eso dando por hecho que lo que vemos es poético, que para mi ni siquiera lo es. Filosofía baratilla de seguir tus sueños y eso. Estamos ahora como pa sueños. Y un señor que a estas alturas del siglo XXI no sabe poner una lavadora... anda y que le den.
Quien quiera poesía de verdad y sentimientos duros y profundos... al Fernán Gómez.

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