viernes, 18 de julio de 2014

FRINGE 2014. Jornada 8.

Hier nu.




Sergio Moya es el intérprete de esta coreografía de Rocco Vermijs sobre hombre obsesionado y el mundo que le rodea y le agrede. Buen bailarín para una coreo que aunque tenga varios premios, no logró transmitirme nada especial. Correcto trabajo, correcta propuesta... y a por otra cosa. 


Latente.




Pues lo que son las cosas, de danza a danza. Y del plató de la cineteca al almacén, por donde han pasado algunas de las mejores cosas que se han visto en el FRINGE. Paula Quintana crea e interpreta esta pieza en la que en 20 escasos minutos, te transporta a un mundo onírico tan real que te toca el corazón. Ya en un trabajo anterior Paula me había parecido una mente muy lúcida e interesante aparte de una gran bailarina, claro. Muy buena idea, muy buena intérprete y muy buen resultado. 


El estanque de los mártires.




Zoilo Carrillo es el autor de este texto ambicioso y tremendo, plagado de referencias, de giros, de situaciones enfermizas y de conflictos de poder, de dominaciones, de ruindades y de puyas malignas. 
El espectáculo transcurre en dos espacios. Primero estamos en la mansión de una pareja de ricachones, de dos seres ya enfermos. Ella de un ego raro y descolocado, posible "mito" para muchos pero una ruina en realidad. Él es un chulángano de vuelta de todo (o eso cree) admirado y prepotente. En ese mundo suyo enfermo y enfermizo irrumpe otro submundo en forma de follaje que invadirá su casa, sus almas y sus relaciones, convirtiendo a esta pareja de fantasmones en dos fantasmas que deambulan y medio sobreviven en el segundo espacio, una especie de jardín de los pecados y de las miserias, alrededor de un estanque que siempre tiene el agua limpia y donde deberán lavar sus miserias más podridas si es que sus egos se lo permiten. 
Vayamos por partes. Creo que el texto es una mezcla de miles de referencias unidas en una red algo deslavazada. Yo veo a Lossey, incluso a Buñuel, a Ripstein y a Giorgos Lanthimos. A mí no me molestan las referencias, es más, a veces hasta me gustan. En este caso me molan, pero creo que por algún motivo, toda la espesura de un texto tan marcadamente simbólico, queda un poco disuelta en sí misma y no termina de tomar cuerpo. Falta "algo" que realmente amalgame toda esa madeja de taras y ahí algo falla, no sé qué, pero algo falla. Y el texto se queda cojo. Y te diría más. A pesar de la hora y media larga que dura, se queda hasta precipitado, como si todas las escenas necesitaran más desarrollo. Claro, es tan heavy el mogollón en el que se mete Zoilo, que habría necesitado más tiempo para darles más coherencia  a los conflictos y a los símbolos. Y si en el primer espacio, este "problema" es jodido, porque marca el arranque de la historia y tu conexión con lo que pasa, en el segundo hay que sumarle el componente simbólico. Las metáforas y los juegos simbólicos funcionan a medias y siguen arrastrando un lenguaje dramático vacilante. El simbolismo y lo onírico no ayudan. Como tampoco ayuda ese espacio fabuloso, bellísimo, pero que les suponen problemas "técnicos" de entradas y salidas, que son una putada porque son totalmente técnicos. Creo sinceramente que este texto necesita pasar por un tamiz, meterle mano a conciencia, dejar todas las ideas buenas que tiene (que son muchas) y darle otra vuelta para intentar dejarlo en algo más concreto, más aplastante y más demoledor, porque en este caso el hecho de que haya muchas vueltas y revueltas no ayuda, sino que diluye. Las tormentas de ideas son fabulosas, pero luego hay que elegir, descartar, sacrificar o modificar para dejarlo en la esencia. Y si lo dejamos en noventa minutos realmente brutales, pero brutales de verdad, esto merecería un escenario en condiciones, grande, tocho, de pedazo de teatro. Carmen Mayordomo está tan efectiva como siempre, en su registro de locura y risas que hacen que siempre esté bien. Aunque le falta un poco más de registro de "verdad", de cosa íntima y pequeñita. Pero solvente y madura como actriz. Fran Arráez domina la escena, va y viene como le da la gana y no se corta con nada aunque... a veces quizá peque un poco de intentar no dar la espalda y quedarse demasiado frontal. La entrega de ambos es innegable, se dejan todo y lo dan todo, pero yo noto quizá (igual me equivoco y por dios, perdonadme, no lo digo por joder ni mucho menos) como si faltase rodaje, ensayos. Está algo envarado todo, falta el toque orgánico, que sea todo un fluir más natural. Eso lo dan los ensayos y las funciones, y espero, de corazón que se harten de funciones por toa España. 
Ah, que no se me olvide... escenografía prodigiosa y una labor de producción de esas de quitarse el sombrero. Ejemplar.    

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