Si la danza es una de las artes escénicas peor tratadas, el circo ya ni te cuento. Quitar de la mente del público la imagen de los tigres enjaulados, de los números apolillados y de la falta de creatividad está costando un esfuerzo gigantesco. Quizá los más valientes hayan ido alguna vez a gastarse un pastizal en el Circo del Sol y puede que algún aventurero (entre los que afortunadamente conozco a bastantes) vaya habitualmente al circo. Ah, que conste que me gusta El Circo del Sol. Pero como la auto crítica creo que es positiva y que no siempre la culpa de los errores es de los demás, también hay que decir que la promoción de sitios como el Price siempre ha dejado mucho que desear. No hay forma de enterarse de lo que pasa en el Price a no ser que tú estés encima. Hay cero promoción de los eventos, cero intención de convertir el circo en algo moderno, divertido y atractivo. No hay interés por atraer a un público nuevo. Así es muy difícil crear afición y llenar el Price. Por eso artistazos como Alexander Weibel tienen que irse por ahí a buscarse la vida. O sitios míticos como la escuela de circo Carampa luchan contra viento y marea por seguir desarrollando a gente con un talento infinito. Si esto pasa entre los propios y principales interesados, ni te cuento ya con las instituciones a las que la cultura se la pela y la cultura circense (esa de los elefantes y los payasos tristes) infinitamente más.
¿Os suena lo de los bailarines que tiene que irse al extranjero a trabajar y algunos a triunfar? Pues multiplica.
En medio de este panorama, surgen propuestas como Circontinentes, asociación de amantes del circo de varios países (creo que todos iberoamericanos) para defender, potenciar y promover el intercambio cultural entre países que compartimos a veces un idioma, a veces una raíz y siempre un hermandad. Es normal que cuando uno está en peligro, busque la ayuda y el apoyo de sus afines.
La primera y principal actividad ha sido crear este festival de circo. Las condiciones para participar eran muy claras: presentar números de corta duración (de 6 a 12 minutos) ser una compañía de 1 a 3 componentes de los cuales al menos el 50% debían ser iberoamericanos y de entre 18 y 35 años.
¿El objetivo? Hacerse fuertes en el panorama internacional, presentar números con lo mejor de lo mejor de lo mejor y demostrar que el circo que se hace en Iberoamérica es de primer nivel y sus artistas, auténticos salvajes. Y de paso, hacer ver que el circo puede ser divertido, emocionante, arriesgado y vibrante.
El festival se compone de dos galas en las que participan cada día ocho artistas de los cuales cuatro pasarán a la final del domingo. Un jurado experto será quien juzgue a esos artistas. Además, habrá un premio del público votado por los espectadores. Las galas las presentará nada más y nada menos que Inma Cuevas, intentando también de esa forma acercar el circo al público. La presencia de Inma es un puntazo que a la gente le encanta y además permite que disfrutemos de ooootra faceta más de esta grandiosa actriz.
Aquí iré añadiendo lo que suceda cada día. De momento voy por la GALA 1.
Totó de Chile presentó un numerazo de malabares. Si alguien pensaba que había visto todo con las mazas es que no ha visto a Totó. Un auténtico salvaje que no es que haga ochos con cuatro mazas, es que hace dieciseises con seis mazas. Lo nunca visto.
El dúo Requiem, de Colombia nos dejó a todos con el corazón encogido. Riesgo, belleza, tensión y una forma de llevar al límite un número de straps como NUNCA ANTES HABÍAS VISTO.
El español Dannyzoo hizo un número que mezclaba verticales y break dance de morirte. Si todos ellos cuidan la puesta en escena como un elemento VITAL a estas alturas de la vida, Dannyzoo incluye elementos casi de danza contemporánea y consigue que se te caigan las lágrimas de la belleza que hay en el escenario.
Lucas Escobedo, también español, hizo un número original de pelotas de rebote en el que buscaba rizar el rizo en cada movimiento. Y coño si lo conseguía.
Duo2Filles de Brasil pusieron al público en pie. Su número de cuadro aéreo no sólo era arriesgadísimo, sino que tenía su historia. Meter algo de dramaturgia en un número De circo hace que crezca y llegue más. Es una disciplina escénica y como tal, debe contar con otras para potenciarse. Suele cuidarse la música, pero tener una "historia" y una puesta en escena teatral es algo vital.
Fernanda Sumano trajo desde Méjico un número de hula hop solvente y divertido. Ella es autodidacta y te digo que hay que quitarse el sombrero. Su número es difícil de narices y ella domina el escenario. Quizá algún guiño humorístico estuvo fuera de lugar, pero bueno, eso son apreciaciones personales.
De Cuba vino Hermes Pompa y arrasó. Nos dejó a todos boquiabiertos con un número bestial, precioso y emocionante en el mástil aéreo, una especialidad no muy habitual pero arriesgadísima y de una belleza acojonante.
Cerró la gala el Dúo Laos, desde Argentina. Un número de mano a mano sensual, vibrante y asombroso. Como dice una amiga mía... "se nos pusieron los pelos de gallina". Riesgo, elegancia y emoción.
GALA 2.
Julia y Lianna vinieron de Méjico y Colombia par hacer un número de cuerda volante y voz en el que además intentaban concienciar al público de las injusticias históricas a las mujeres. Sororidad, empoderamiento y justicia. Circo y mensaje. Entretenimiento y lucha.
Bastian, de Chile hizo un numerazo IMPRESIONANTE de mazas. Cien por cien original y bellísimo en el que además mezclaba pasos de danza con una forma novedosa de tratar a las mazas. He visto miles de números de mazas, pero como este, ninguno. Hipnótico y bello.
Sofía Speratti, argentina, hizo un número de verticales original y en el que iba de menos a más con inteligencia. Danza gimnástica y dificultad. Brava.
Iara Gueller, brasileña que estudia en Bélgica deslumbró con un numerazo de aro aéreo asombroso. Impecable en la ejecución y de altísimo riesgo, nos dejó a todos flipados.
De Perú llegaron el Dúo Vitalys. Mano a mano, el más difícil todavía. El público en pie aplaudiendo sin parar. Muy mal se tiene que dar para que no ganen. Al menos el premio del público parece claro. ASOMBROSOS.
Tripotes la Compagnie, españoles con un número de báscula divertido y arriesgado.
Aimé Morales se metió al público en el bosillo con su número de aro. Hiperdifícil, precioso visualmente y con una puesta en escena currada y muy, muy chula. Un numerazo de una profesionalidad asombrosa. Bravo, Venezuela.
A LA FINAL ACCEDIERON:
Aimé Morales.
DannyZoo.
Dúo Vitalys.
Tripotes la Compagnie.
Dúo Requiem.
Hermes Pompa.
Dúo Laos.
Düo2Filles.
Mucha suerte a todos, aunque ganar es lo de menos. El objetivo es acercar más el circo al público y en eso TODOS habéis ganado.
En las dos galas se cuenta con la presencia de una artista invitada. Y como yo soy así, que no me callo nada, debo decir que tanto la orquesta que tocaba en directo no me gustó nada, esta artista tampoco. Me explico: la orquesta toca bien, mola lo de la multiculturalidad (a ver cuándo aprendemos que en la mezcla está la riqueza y en la variedad el crecimiento) pero la elección de las canciones me pareció fuera de lugar. Y llamar a una artista rusa para unas galas en defensa del circo iberoamericano tampoco me cuadra. Nata Galkina es bestial, y su número de antipodismo es un gustazo. No es por eso, es porque creo, aunque parezca "chauvinista" que debería haber sido un artista iberoamericano. Personalmente me parece una lástima tener a Alexander Weibel entre el público y que no actúe (y haga ver que se puede triunfar en el mundo del circo) o incluso... podían haber llevado como artistas invitados a jóvenes que estén estudiando ahora mismo. Aunque lo que hagan no sea asombroso, da igual. Pero así veríamos que HAY GENERACIONES JÓVENES amantes del circo. Además, la artista rusa hizo exactamente el mismo número los dos días. No sé, pero hay que pensar que mucha gente fuimos los dos días y tanto las bromas como los números o las canciones, si son las mismas todos los días, pierden interés.
Yo siempre he creído que en el mundo del circo, el error no es para tanto. Quiero decir que hacer un número sin fallos es importante, claro que sí, pero si a un malabarista se le cae una maza o una pelota no pasa nada. El fallo es normal. Lo difícil es atreverse a hacer algo tan bestial como lo que ellos hacen. Obviamente en los ensayos, el 99% de las veces, les saldrá todo. Sí. Pero que en la actuación haya un fallo no importa, importa el valor y el querer llevar tu disciplina artística al límite. Ese afán de superación, el buscar le más difícil todavía es la verdadera esencia del circo. Por eso pase lo que pase con los resultados y con los premios, para mí todos son ganadores, porque dedicar tu vida al circo, a emocionar al público, a buscar el riesgo, a rozar el peligro, a querer ir más allá y a vivir para estremecer al que te mira, eso para mí es de ganadores.
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