sábado, 23 de noviembre de 2013

Desh. Akram Khan Company. Canal.

No sé ni cómo empezar ni qué decir.
Él está solo en el escenario. Todo el mundo sabe que el diseño visual es de Tim Yip, ganador de un Oscar y que la música es de Jocelyn Pook. Todo el mundo sabe también que Akram es de nacido en Londres y sus padres son de Bangladesh. Empezó a bailar danzas típicas y pronto descubrió que lo mejor era adoptar lo más interesante de cada disciplina y trabajarlo desde sí mismo. Como Israel Galván en flamenco. Quizá por eso van a trabajar juntos en breve.

 


A lo que voy. Akram es un ser que se sale de lo establecido. Baila como quiere, con elementos de aquí y de allá llevados a su terreno. Él quiere expresar y lo hace sirviéndose de todo lo que haga falta. A ver, no es que no tenga personalidad, sino todo lo contrario, ha creado una forma de expresión nueva, poética y al servicio de lo que quiere contar. Es un poeta lúcido y creador. No artista, ni coreógrafo, ni bailarín. CREADOR.
Estéticamente el espectáculo no tiene desperdicio, es de una belleza aterradora desde el segundo uno hasta el final. Cualquiera de los momentos son mágicos, no te sabría escoger uno. Las sillas, el bosque de telas, la proyección, la figura del padre pintada en la calva... no sé cómo describir la belleza, la poesía y lo estremecedor de una historia que traza pinceladas de vidas o de una sola vida pero con mil niveles de percepción.
Si flipé con TAO dance, lo de Akram Khan ni te cuento. Muero de ganas por ver ese dúo con Israel Galván.




   

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