Pero Daniel Abreu siempre es un creador personal. No hace falta saber de qué va lo que quiere contar. Lo ves. O lo sientes. Y aunque las teorías son difíciles de trasladar a la danza, en este caso Daniel ha vuelto a acertar.
Eso "filosóficamente". Luego en la práctica, es otra cosa. Daniel Abreu no siempre me gusta, pero cuando me gusta, me gusta mucho. Esa forma de cachondearse de ciertos cánones me recuerdan al sentido del humor de mi amada Provisional Danza. El espectáculo comienza muy bien, todo es bestial y precioso. Su solo de arranque, los dúos de después que son de una belleza salvaje... Hasta el momento "purpurina". Hasta ahí, todo maravilloso. Lo que viene después cabalga entre momentos bellos y otros números más flojos. Y las luces no ayudan en absoluto, son totalmente impersonales y se cargan muchos momentos que podrían haber estado más potenciados con unas buenas luces. Las músicas tampoco me parecieron tan acertadas como en otros espectáculos.
Daniel tiene una personalidad abrumadora, y te encandila en cada gesto y Dácil González a mí me enamoró. Técnicamente me pareció perfecta y expresivamente es una bestia parda. Maravillosa y un pedazo de actriz.
Aunque el espectáculo no me pareciera redondo, tiene algunos de los momentos más bellos que he visto últimamente y sin duda confirma, una vez más, que Daniel Abreu es uno de los artistas más carismáticos de hoy en día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario