jueves, 27 de junio de 2013

Málaga de Lukas Bärfuss. Ana Wagener y Roberto Enríquez.

Hoy estoy escribiendo de lo que me apetece, y cuando comencé con este blog ya había visto tiempo atrás "Málaga" de Lukas Bärfuss en el Teatro del Arte. Como me ha quedado la espinita, pues escribo ahora. Para empezar, no voy a poner una foto de la actuación, porque creo que ninguna foto transmite lo que en la sala vivimos.



Lukas Bärfuss es una especia de Haneke teatral. Te presenta a unos personajes aparentemente normales, y poco a poco, los enfrenta a una situación no demasiado límite pero que consigue que esos burgueses saquen su lado más animal y primitivo y conviertan la escena en una lucha salvaje y en un enfrentamiento sangriento.
No puedo ponerle ningún pero al texto. Es brutal. Sencillo pero con una capacidad de hurgar en los entresijos humanos que da repelús.
Sí le pongo alguna objeción a la dirección de Aitana Galán. Por varios motivos. La puesta en escena es fría y aséptica. Vale, guay. Pero yo particularmente no habría presentado al personaje de Críspulo Cabezas tan chinado desde el principio. Vamos, a mi me llega este chico y ya de entrada no le dejo con mi niña. Habría sido más interesante presentarle como un chaval normal y que fuera la propia culpa que cada uno siente lo que hiciera sospechar que algo puede pasar. Y luego la violación del final me pareció tremendamente forzada. Ni la situación ni los personajes pedían ese desenlace.
Pero ahí tenemos a Ana Wagener y a Roberto Enríquez para darle el toque final de obra imprescindible. Confieso mi debilidad por los dos. A Roberto tengo el gusto de conocerle desde hace mil años y ya desde nuestra tierna adolescencia destacaba como un estudiante y currante del teatro por encima de la media. Estudiamos Arte Dramático juntos y los dos llevábamos años haciendo teatro. Era brutal ya entonces. Y con los años y la experiencia ha ido ganando más y más, aunque pareciera que sería imposible. Cuando uno está tan cerca del cielo es difícil superar ese nivel. Pues Roberto lo consigue. Tiene una sabiduría, una entrega y un dominio del escenario que es acojonante. Al tiempo, pero ya veréis como acaba siendo el Rodero del siglo XXI. Poco le falta si es que le falta algo. Y Ana Wagener es una cosa sobrehumana. Por todo. Por su corazón, por su sentido del humor, por su dedicación y entrega y por sus inmensas cualidades que muy poquita gente en este país y en cualquier otro tiene. La amo y lo sabe. ¿Alguien ha visto alguna vez a Ana en algo en lo que no estuviera fabulosa? ¿A que no? Porque no lo hay. SIEMPRE es la mejor. Siempre estremece.
Y claro, si juntas en un escenario a Marlon Brando y a Anna Magnani lo que sale tiene que ser una bomba atómica sí o sí. Y ahí los tienes en "Málaga". Te embrujan desde el primer sonido que sale de sus gargantas y el primer movimiento que hacen. Te chupan y te suben con ellos al escenario, te agarran el corazón, te lo estrujan, te lo despellejan y luego te sueltan otra vez en tu butaca para que hagas con eso lo que puedas.
Y ahora sí voy a poner una foto de la función. Porque sí.



Cualquier estudiante o actor incipiente, y por supuesto cualquier actor experimentado debería cruzarse España sólo por ver la siguiente función de "Málaga". Es como si te gusta la literatura y no has leído "Cien años de soledad", o si te gusta la música y no has oído el requiem de Verdi. Obligatorio para cualquiera porque es una lección brutal de profesión, corazón y tripas a partes iguales que consiguen hasta que no notes esas pequeñas cositas corregibles.
Os pondría un monumento en cada ciudad y desde luego, os tiendo una alfombra roja a cada paso que deis.           

1 comentario: