sábado, 29 de junio de 2013

El régimen del pienso. María Guerrero.

Pues sí, esto es teatro de verdad. La Zaranda son una compañía legendaria y hay razones de sobra para que lo sean. Empezando por la inteligencia y el compromiso.
Porque coger la actual crisis, por ejemplo, y a nuestros queridos dirigentes e incluso a nosotros y convertirnos en una panda de gorrinos es de tener mucho valor.



La metáfora está servida desde el momento uno. Un sistema porcino que tiene a sus súbditos dispuestos a lo que sea si tienen que pelear por un puesto. Cerdos que matarán si hay poco pienso y si hay mucho también. Pienso de comer y pienso mental. La crisis reducida a un texto genial con auténticas joyas. "La historia avanza y nuestra lucha exige víctimas", "si yo hablara, iríamos a la quiebra"... Los cerdos asépticos, mandatarios, observan la decadencia y las luchas internas de los cerdos asalariados que están muriendo por una epidemia en el propio pienso que los cerdos mandatarios han creado. El ciclo de la crisis. Y un cerdo expiatorio. Que en una escena final demoledora, se resiste a morir, el cabrón. Y otra joya. "Por fin, pensé que el aparato se había estropeado". Y te quedas pegado a la butaca con una sensación de haber visto una metáfora aplastante de cualquier telediario. Todo esto en medio de unos textos casi como de Beckett o de Ionesco. Llenos de verdad y dichos con un deje andaluz que da encima un toque casi caricaturesco.
Dirección sabia. Espacio reducido a unas estanterías y unos archivadores pero usados con maestría. No necesitan más y no podría funcionar con menos. Unos flexos crueles, unas luces duras, y unas interpretaciones bestiales. Yo, por aquello del amor de madre, destaco a Javier Semprún. Magistral tanto física como vocalmente. Siempre ha sido una bestia, pero su nivel de refinamiento ha llegado a niveles acongojantes. Por momentos me recordó a "La Pasión" de hace mil años. Yo sé lo que digo.
Si algo quizá se podría reprochar es una ligera falta de ritmo en algunos momentos. Pero el tono y lo que pasa y cómo pasa, justifica incluso eso.
Teatro de carromato, de furgoneta, del de toda la vida, de artesanos, de currantes, de gente más lista que un ratón colorao, en el escenario del María Guerrero. Buen fin de temporada, vive dios. 

2 comentarios:

  1. ¡Qué decir! Profundo y directo. Y luego dices que te abrumo con mis comentarios. ¡Enhorabuena!

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  2. Claro que me abrumas, Luz. Tú sí que eres profunda y directa en cada palabra que escribes!!!!

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