sábado, 22 de junio de 2013

Sorolla. Matadero.

Cuando iba al cole, recuerdo un libro de lectura. Era la historia de dos hermanos que recorrían España visitando a sus familiares. Agricultores, curas, monjas, labradoras, etc... y recorrían toda la geografía. Recuerdo que en una de esas iban a Totana, que era un nombre que me daba como risa. Cuando iba al cole, recuerdo que en casa de mis tías había un hule de esos con las zonas de España, y por aquel entonces estaban Castilla la Vieja, Castilla la Nueva... por supuesto tengo un hule igual aunque ahora lo tengo escondido en un baúl. En uno de los vídeos de promoción del espectáculo, uno de los coreógrafos habla de las danzas de España y habla de las Vascongadas. No lo digo yo, lo dice él. Cuando iba al cole, los viernes ponían el "Un, dos, tres" (el de Kiko Ledgard y el de Mayra) y tenían noches temáticas. Si tocaba "la noche de los detectives" salían las azafatas vestidas de coloritos tipo "Parchís", una de rojo, otra de azul, otra de verde y otra de amarillo. Y hace tiempo, cuando cambió de manos la gestión de Matadero, dije de coña: "verás, vamos a acabar viendo aquí "Coros y Danzas". Pues eso.



Toda la primera parte me pareció como volver a mi época del cole. Estaba horrorizado. Hasta la música me parecía fea. Y los pobres bailarines estaban corriendo de acá pallá como locos y sonriendo como maniquíes mientras nos hacían un muestrario de jotas, muñeiras y demás lindeces que a mí me espantan. Insisto, a mí. Porque el teatro estaba lleno, con una media de edad considerable, y la gente aplaudía enfervorecida. Ya hasta temí que en cualquier momento se levantara alguna señora y gritara un "Viva España". Sólo se salvaron un dúo flamenco y los solos. En esas piezas creí notar la manos de otro coreógrafo. Menos mal que en la segunda parte, cuando empezaron con la parte más flamenca, los bailarines empezaron a estar más cómodos, empezaron a hacer lo que realmente se les da bien y el nivel subió bastante. Esa segunda parte me relajó y me gustó más. Vuelvo a insistir en que hablo de mí, porque la sala reventaba de aplausos y creo que tienen todo vendido para muchos días. Así que si esto es lo que gusta a la gente y consiguen llenar un teatro, pues ole por ellos, pero para mí fue como entrar en una máquina del tiempo y volver a los años 40. Claro que luego salí a la calle y vi que efectivamente parece estamos volviendo a los años 40. Pero claro, el problema es mío. Si es que quién me manda. Es como si un señor del Opus va a ver "Severa vigilancia". Fijo que sale horrorizado. Eso sí, mi aplauso para los bailarines, que se dejan la piel y la sonrisa en el escenario. Aunque vayan vestidos uno de azul, otro de rojo, otro de verde y otro de amarillo. 

1 comentario:

  1. En mi opinión lo malo, no es que haya coros y danzas, es que ni siquiera hay eso. Todos kos estilos de música se pierden en una partitura complicada, que ya no sabes si bailan jotas o que. Los que se salvan el flamenco, pero porque es lo único que se entiende. Los fandangos de Huelva si bo recuerdo mal y bulerias.
    Pero aplaudo uno cosa, la escenografía, me apasionó. El juego de luces y efectos me llevo donde no me llevo el baile.
    Por supuesto mi aplauso a los bailarones.

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